Alejándose de la democracia. En los años 80, Ortega sirvió un únicamente mandato como presidente antes de perder en las elecciones. Regresó al cargo en 2007.
SAN JOSÉ, 8 nov (Reuters) – El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, se aseguró un cuarto periodo en el cargo por una mayoría abrumadora, según los primeros resultados de una elección que, según los críticos, fue amañada por el exguerrillero al sacar de la carrera a sus rivales políticos.
El Consejo Supremo Electoral de Nicaragua dijo que, con cerca de la mitad de los votos contados, un recuento preliminar le dio a la alianza sandinista de Ortega alrededor del 75% de los sufragios en la elección presidencial.
Tanto Occidente como muchas naciones latinoamericanas criticaron por adelantado los comicios del domingo, después de que Ortega detuvo a opositores y líderes empresariales, canceló partidos rivales y criminalizó la disidencia durante meses.
En una declaración emitida antes de que se anunciara el recuento, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, habían orquestado una «pantomima de elecciones que no fueron ni libres ni justas».
Ortega, un exrebelde marxista que ayudó a derrocar la dictadura derechista de la familia Somoza a fines de los años 70, manifiesta que está defendiendo a Nicaragua contra adversarios sin escrúpulos empeñados en derrocarlo con la ayuda de potencias extranjeras. Su gobierno ha aprobado una serie de leyes que facilitan el enjuiciamiento de los opositores por delitos como «traición a la patria».
Ortega es el líder que más años lleva en el cargo en América y las autoridades estadounidenses están evaluando nuevas sanciones contra su gobierno y una revisión del papel de Nicaragua en un pacto comercial regional clave.
Biden pidió a Ortega que restaure la democracia y libere a los líderes opositores detenidos. Hasta que eso suceda, Estados Unidos usará todas las «herramientas diplomáticas y económicas» disponibles para hacer que la administración de Ortega rinda cuentas, indicó.
Solo cinco candidatos poco conocidos de partidos en su mayoría pequeños aliados de los sandinistas de Ortega compitieron en su contra en los comicios.
El Consejo Supremo Electoral dijo que la participación fue del 65%.
En los años 80, Ortega sirvió un únicamente mandato como presidente antes de perder en las elecciones. Regresó al cargo en 2007.
El domingo por la tarde, Ortega elogió los comicios como una victoria de la «inmensa mayoría de los nicaragüenses» y arremetió contra los opositores internos, llamándolos «demonios».
Miles de nicaragüenses han huido desde la represión de las protestas antigubernamentales en 2018, en las que murieron más de 300 personas. Muchos de ellos se reunieron el domingo en la vecina Costa Rica en una muestra de desafío contra Ortega.
Se espera que el descontento prolongado impulse una mayor emigración a Costa Rica y Estados Unidos, donde este año se ha detenido a un número récord de nicaragüenses en la frontera.
Los observadores internacionales de la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos no tuvieron permiso para participar en las elecciones y se prohibió la entrada al país a los periodistas.
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