Tras el reportaje de Punto Final, el auditor general del Congreso pidió a la APCI información sobre la visita de Ronald Castillo, trabajador del Parlamento, a la Agencia Peruana de Cooperación Internacional.
Por Marco Zanelli Berríos
Continúan las investigaciones tras el destape de Punto Final. La Oficina de Auditoría Interna del Congreso de la República solicitó a la Agencia Peruana de Cooperación Internacional (APCI) el registro de visita que Ronald Castillo, trabajador de la congresista María del Pilar Cordero Jon Tay, realizó a la mencionada entidad del Ministerio de Relaciones Exteriores.
En un oficio enviado al director ejecutivo de la APCI, José Antonio González Norris, el auditor general del Parlamento pidió que se les remita «una copia del registro de la cámara de video vigilancia de fecha 15 de agosto de 2023, en que se visualice la entrada, permanencia y salida» del trabajador del despacho de la legisladora.
Por último, Auditoría Interna requirió una copia «certificada y/o fedateada del registro de ingreso y salida» de Ronald Castillo, así como de las personas que lo acompañaron a la agencia para realizar «los trámites de la ONG ‘Perú Amistad Latinoamericana'». También los documentos que acrediten «al señor Castillo Rojas como representante» de la mencionada organización no gubernamental.
10:21 de la mañana del martes 15 de agosto. Tengamos presente esa fecha. A esa hora, según el registro de videovigilancia al que Latina Chequea tuvo acceso gracias a un pedido al portal de Transparencia, Ronald Castillo Rojas ingresó a las oficinas de la APCI ubicadas en la avenida José Pardo, en Miraflores. Se trata de un técnico que trabaja para el despacho de María del Pilar Cordero Jon Tay.
En las imágenes lo vemos acercarse a la ventanilla y, mientras se identifica, no deja de hablar por celular. Luego le muestra algo a la persona que lo atiende. El trámite que está realizando un martes por la mañana, en horario de oficina, poco tiene que ver con el Congreso. En el cuaderno de registro de la puerta se anota a nombre de Amistad Perú Latinoamericana (IPREDA), donde su jefa María del Pilar aparece como representante legal, según la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (Sunat).
El abogado de Cordero precisó a Punto Final que desde el 29 de julio de 2020 la congresista «no ejerce el rol de presidenta» en la mencionada IPREDA. También afirmó que su patrocinada no es responsable de las demoras de su renuncia en el registro de la Sunat, pero lo que sí es cierto es que Cordero Jon Tay se presentó en la APCI aquella mañana del 15 de agosto y no necesariamente para cumplir labores de legisladora.
Alrededor de las 10:42 a.m., la congresista aparece en escena ante las cámaras. Viste un saco celeste y lleva el rostro cubierto con una mascarilla negra. Ingresa a la APCI, donde hace pocos minutos su trabajador inició una conversación con un funcionario de la agencia, y se une a la charla. Ella, sin embargo, no se registra pese a que en los exteriores está estacionada su camioneta Honda Pilot color plomo, la misma que Rafael Cabrejos, su extrabajador, denunció que manejaba por obligación.
¿A qué fue María del Pilar Cordero Jon Tay a la APCI? ¿Por qué acudió, junto con un empleado público pagado por el Estado, a una agencia donde tiene inscrita a su nombre una IPREDA? Pues nada menos que a realizar una diligencia de índole personal. Así lo detalló Milagritos Cunya, secretaria técnica de la Comisión de Infracción y Sanciones de la APCI, a Punto Final.
«(La señora llegó) como una acompañante (de Ronald Castillo). La señora no interviene. Es al señor que se le brinda toda la información y la orientación del caso», aseveró. El caso, según consta en el expediente 44-2023, es una amonestación que se le había impuesto a Amistad Perú Latinoamericana por no presentar durante el 2019, 2020, 2021 y 2022 su declaración anual de actividades a la APCI.
«(Ronald Castillo) vino a consultar sobre esta amonestación, justamente extrañado por qué se le había sancionado si no habían ejecutado recursos de cooperación internacional, si no habían ejecutado ninguna actividad con recursos de la cooperación», indicó la funcionaria de la agencia. Sea como fuere, lo llamativo es que ni Cordero Jon Tay ni Castillo aparecen en el registro oficial de visitas.
Además, resulta curioso que la congresista sí tenga tiempo para realizar estas gestiones en horario laboral y con recurso humano pagado por todos los peruanos, cuando para atender otros asuntos no tiene espacio en su agenda. Ella, precisamente, ha presentado certificados de salud para no participar de audiencias de la Comisión de Ética y la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales.
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