Este hallazgo nos invita a reflexionar sobre la importancia de la biodiversidad y la necesidad de tomar medidas para protegerla.
La región de Piura ha sido escenario del descubrimiento de una nueva especie animal: un pudú, una clase de venado o ciervo, que presenta características únicas que lo diferencian de las demás especies conocidas.
Este increíble hallazgo es el resultado de un trabajo conjunto entre científicos de Chile, Perú y Brasil. El estudio, titulado «Primera especie de cérvido vivo descrita en el siglo XXI y revalidación de Pudella», fue publicado en el Journal of Mammalogy el pasado 1 de marzo.
El nuevo pudú, que habita en el norte del Perú, ha sido nombrado como Pudella carlae. Se diferencia del pudú del sur (Pudu puda) y del pudú del norte (Pudu mephistophiles) por su tamaño intermedio, su pelaje marrón-anaranjado, su cara negra con frente blanca, sus orejas ovaladas y su peso corporal entre 7 y 9 kilos.
El Pudella carlae presenta características morfológicas y genéticas que lo distinguen de las otras dos especies. Su tamaño es intermedio entre el pudú del norte y el pudú del sur. Su pelaje es de color marrón-anaranjado, mientras que las otras especies son más oscuras. Posee una cara negra con la frente blanca, orejas ovaladas y no tan puntiagudas como las de las otras especies, y diferencias en la forma de los incisivos y en el peso corporal.
El estudio ha determinado que el pudú del norte (antes Pudu mephistophiles) y el nuevo Pudella carlae son dos especies diferentes, no solo subespecies como se creía anteriormente. Por lo tanto, el pudú del sur (Pudu puda) queda como la única especie dentro del género Puda, mientras que las otras dos se clasifican bajo el género Pudella.
El Pudella carlae es una especie endémica del Perú y se encuentra presente en diversas áreas naturales protegidas del país, como el Parque Nacional del Río Abiseo, el Parque Nacional Yanachaga Chemillén, el Santuario Nacional Pampa Hermosa, entre otras.
El descubrimiento del Pudella carlae es un hito científico de gran relevancia, ya que es la primera especie de cérvido viviente descrita en el siglo XXI y la primera en 60 años en las Américas. Este hallazgo pone de relieve la importancia de la investigación científica y la necesidad de proteger la biodiversidad del Perú.
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