Su objetivo es convertirse en un gran trompetista, pero también es capaz de crear melodías con el timbal y el tenor.
Aprendió a tocar la trompeta antes de comenzar a hablar, lleva la música en la sangre y sueña con convertirse en un gran trompetista. Su nombre es Kenedy Llacctahuamán, tiene 13 años, vive en Jauja y uno de sus más grandes anhelos es pertenecer a la banda musical de la Policía Nacional del Perú (PNP).
Es el último de cuatro hermanos y cursa el segundo año de secundaria. Su pasión por tocar la trompeta lo acompaña desde muy pequeño, pues viene de una familia llena de músicos. De hecho, tuvo como juguete preferido una trompeta que su papá le regaló cuando apenas tenía dos calendarios.
“Está en mi sangre porque en mi familia somos músicos. Yo, antes de que hablará, empecé a tocar la trompeta. Y se me hace muy feliz al tocar”, expresó Kenedy.
El distrito de Acolla, en la provincia de Jauja, es considerado como la tierra de músicos. Los más de 40 alumnos del colegio Inca Garcilaso así lo demuestran. Estos niños y adolescentes dedican varias horas al día a tocar en la banda de la institución.
Su director, Emiterio Llacctahuamán, rescata el entusiasmo con el que sus alumnos tocan los instrumentos. “Para mí, es un honor trabajar en este colegio. Es una pasión enseñarle a los chicos la música. Los jóvenes aprenden música con ganas, con entusiasmo, con fuerza”, dice.
Pero Kenedy no solo usa la trompeta. Ha sorprendido a sus compañeros y profesores al mostrar gran destreza para tocar también el timbal y el tenor, un instrumento muy parecido al saxofón.
Él está muy seguro de su vocación y espera algún día asimilarse a la Policía Nacional del Perú para pertenecer a su banda de músicos. Y tocar melodías que hagan vibrar los corazones de todos los peruanos.
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