Esta complicación se considera silenciosa, pero con el paso del tiempo puede convertirse en un factor de riesgo de otras enfermedades.
La apnea obstructiva del sueño (AOS) es una afección común que afecta a millones de personas en el mundo. No obstante, esta complicación es silenciosa porque sus síntomas comunes se pueden pasar por alto o ser complicados de detectar, pues ocurren durante el sueño.
El Dr. Joachim Behar, especialista en trastornos de sueño, reveló que este es un síntoma que es comúnmente pasado por alto. La AOS se da cuando los músculos de la garganta se relajan y bloquean las vías respiratorias repetidamente durante el sueño.
De acuerdo al médico, cuando el paciente ignora el problema o recibe un diagnóstico equivocado, la afección se convierte en un factor de riesgo de otras enfermedades, tales como la diabetes o las que afectan al corazón, principales causas de muerte en Estados Unidos.
Pero, ¿cuál es el síntoma que más se pasa por alto? Behar menciona que son los ronquidos, que se suele considerar como un problema menor. Sin embargo, el científico mencionó que algunos cambios en nuestra vida, como perder peso, dormir de lado y evitar el alcohol y pastillas para dormir, puede reducir los síntomas de la AOS.
En casos más graves, los médicos podrían recomendar como el tratamiento más eficaz el uso de una máquina de presión positiva continua que va en las vías respiratorias. El experto advirtió que las horas de sueño también influyen en que el sueño sea un problema de salud pública cada vez mayor.
La CDC de Estados Unidos remarcó que los adultos deben dormir, como mínimo, siete horas durante la noche. Pese a esta recomendación, sus ciudadanos lo hacen cada vez menos tiempo, o si lo ponen en práctica no se realiza de forma constante.
Un estudio publicado en la revista JAMA Network Open, casi la mitad de los adultos estadounidenses experimentan falta de sueño. Esto podría causar estragos en diferentes aspectos de su salud física, capacidades cognitivas y salud mental.
«Innumerables elementos de nuestros estilos de vida modernos, como las largas jornadas de trabajo, el uso excesivo de dispositivos electrónicos, la mala alimentación, el excesivo consumo de cafeína y alcohol, la inactividad física y el aumento de los niveles de estrés no favorecen una higiene saludable del sueño», explicó Behar.
En un nuevo estudio que recoge el New York Post, se descubrió que el sueño reparador, uno constante y estable, puede ayudar a retrasar el envejecimiento biológico. La investigación descubrió que quienes tienen la mayor diferencia en la hora de acostarse y la cantidad de sueño durante la semana, en comparación con el fin de semana, tenían la edad biológica más alta.
Precisamente, descubrieron que las personas que eran más flexibles y relajadas en sus horarios de sueño tenían una edad biológica nueve meses mayor que aquellos que tenían un horario constante. «El sueño es absolutamente crucial para el bienestar general y debe tomarse tan en serio como una nutrición y ejercicio adecuados», sentenció Behar.
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