Las dudas se generaron luego de que la familia McCallister pagó 15 boletos de avión a París y de mantener una casa de tres pisos ubicado en una zona exclusiva de Chicago.
Desde que se estrenó ‘Mi pobre angelito‘ en 1990, muchos se han preguntado qué tanto dinero tienen los McCallister para pagar un viaje a París en fiestas navideñas y, sobre todo, mantener una inmensa casa de tres pisos con un sótano. Desde que Kevin se quedó en casa por olvido de sus padres y dos malhechores intentaron ingresar a la vivienda, todos se han preguntado: ¿A cuánto asciende la fortuna de esta familia? Te contamos los detalles.
Comenzamos por analizar la ubicación de la casa. Los McCallister se asentaron en uno de los vecindarios más caros del país, según el Times. Ésta se ubica en la avenida Lincoln 671, en Winnetka, Illinois. «En 1990, la casa era accesible sólo para el 1 % de los ingresos de los hogares de Chicago, según economistas del Banco de la Reserva Federal de Chicago. La casa habría sido asequible para un hogar con un ingresos de 305 000 dólares en 1990 (alrededor de 665 000 dólares en 2022)«, informó el Times, según Variety.
Con este dato, podemos concluir que Peter (John Heard) y Kate McCallister (Catherina O’Hara) tuvieron que ganar al menos más de un cuarto de millón de dólares al mes para costear el mantenimiento de la casa en 1990, informó Variety En el 2002, el sueldo percibido hubiera sido el doble y en la actualidad hasta el triple.
Todavía se mantiene el misterio entre los seguidores de la película porque nunca se reveló a qué se dedicaba la familia, pero se asumió que Kate McCallister trabajaba en la moda porque se pudo observar varios maniquíes. El padre era un hombre de negocios, según el Times. Todd Strasser, quien escribió las adaptaciones de ‘Mi pobre angelito‘, señaló que el padre ‘era una apuesta segura’ y, pese a ello, no pensaba que la familia era rica, sino los consideraba de «clase media alta».
Se estimó que la casa tiene un costo de 2.4 millones de dólares, según Variety, por lo que solo el 1 % de la población de Chicago podría acceder a comprar una mansión como la que tenían los McCallister. Esa realidad todavía se mantiene. Al final, nunca se supo cuánto era la fortuna de esta familia que pagó sin problema alguno 30 boletos de primera clase a París (ida y vuelta) en fiestas navideñas, sumado el hotel de primera clase y otros gastos demás.
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