Luego de firmar el compromiso de organización del Mundial Sub 17, el actual gobierno se estaría echando para atrás y en su lugar darle apoyo absoluto a los Juegos Bolivarianos conmemorativos por el bicentenario de Ayacucho.
Estamos a poco más de un año de recibir uno de los eventos más grandes del fútbol, el Mundial Sub 17, en noviembre del 2023. Lo que debía ser un año lleno de trabajo previo a la cita mundialista, parece que terminará siendo uno de los papelones más grandes de nuestra historia deportiva.
En principio, el Mundial de esta categoría se iba a realizar el 2021 pero, por motivos de la pandemia, se tuvo que aplazar hasta el año 2023 lo que significaba mucho más tiempo de preparación y organización para realizar un evento a la altura.
Lo que no era de esperarse es que a falta de tan poco, todo empiece a tambalearse por desencuentros entre los asesores del Ejecutivo y la Federación Peruana de Fútbol. Pero, ¿qué ha sucedido? Aquí te lo contamos.
Luego de que el Gobierno del Perú, a través de su Presidente de la República Pedro Castillo, firmara el compromiso de realizar el torneo, la FIFA aprobó cinco sedes para el evento: el Estadio Miguel Grau de Piura, el Estadio Elías Aguirre de Chiclayo, el Estadio Nacional de Lima, el Estadio Jorge Basadre de Tacna y el Estadio Miguel Grau del Callao. Las sedes mencionadas fueron elegidas debido a que las ciudades donde se encuentran tienen la capacidad hotelera idónea para recibir el Mundial de la categoría.
Latina Deportes pudo conocer que, desde hace algunos días, los asesores del Ejecutivo al mando de Luis Alberto Mendieta Gavirondo, Jefe de Gabinete Técnico de la Presidencia de la República, han buscado reducir el presupuesto acordado de S/. 298.830.052 y para ello decidieron eliminar, arbitrariamente, a Chiclayo como sede del evento. Según nuestras fuentes, los organizadores del Mundial bajaron costos buscando mantener a la ciudad norteña dentro de las cinco sedes aprobadas. La respuesta del Ejecutivo fue la misma: Chiclayo no debía ser sede.
Pese a que la Federación Peruana de Fútbol aceptó la reducción del presupuesto en busca de que el evento no se viera afectado, los asesores del Ejecutivo no estuvieron conforme con el acuerdo (querían eliminar sí o sí a Chiclayo del Mundial) y buscaban una reducción mayor del presupuesto. Ante esto, el presidente de la Federación, Agustín Lozano, y las autoridades dentro de la federación advirtieron que, de ser así, el evento podría no tener lugar en nuestro país.
Esta advertencia por parte de la FPF habría caído mal en el Gobierno, que rápidamente está buscando tapar este papelón brindando el apoyo absoluto a los «Juegos Bolivarianos Para Todos Ayacucho». Para los asesores del Ejecutivo, si no se realiza el Mundial Sub 17 en el Perú sería total responsabilidad de la Federación Peruana de Fútbol.
De mantenerse esta puja entre ambos lados, es altamente probable que esta semana el Instituto Peruano del Deportes (IPD) oficialice, por medio de un comunicado de prensa, la devolución de la organización del mundial.
Para tapar el papelón que significa dejar de organizar un Mundial FIFA. Los «Juegos Bolivarianos Para Todos Ayacucho 2024» rompen el ciclo de cuatro años que usualmente tienen estos juegos, ¿por qué? Debido a que será un evento extraoficial por el bicentenario de la ciudad de Ayacucho que solo contará con dos disciplinas olímpicas; ya que, pese a que nuestro país postuló, los Juegos Bolivarianos 2025 tendrán como sede Guayaquil.
Es de esta forma que el Gobierno busca, de manera absurda, darle la misma relevancia de un Mundial a unos Juegos Bolivarianos conmemorativos; cuando es de conocimiento público que no tienen la misma magnitud y envergadura a nivel deportivo.
Los Juegos Bolivarianos es un evento que ocurre cada cuatro años y que tuvo como última sede Valledupar, Colombia en el 2022 (aplazada un año por la pandemia) en el cual participan países como Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Venezuela y Perú. Desde el 2013 se sumaron también Chile, Guatemala, República Dominicana, Paraguay y El Salvador. Su última sede fue Valledupar en Colombia este año. Cabe resaltar que es dependiente de la Organización Deportiva Panamericana (ODEPA).
Finalizó la #AsambleaODEBO en #Guayaquil ??????????????
— ODEBO (@ODEBOprensa) December 18, 2021
Se oficializó a #Guayaquil como ciudad sede de los #juegosbolivarianos 2025.
Los “Juegos Bolivarianos Para Todos Ayacucho 2024”, serán los primeros Juegos con deportes que no están incluidos en el programa olímpico. pic.twitter.com/sRhfFbw5LS
Es importante recalcar que Perú ya tuvo la organización de un evento de esta magnitud en el 2005 y fue realizado con total normalidad. Sin embargo, la FIFA castiga duramente la ineficiencia y falta de seriedad al realizar un evento como un Mundial.
El corto tiempo no solo hará que se busque una sede de urgencia, si no que desconocemos la sanción que FIFA pueda darle al fútbol peruano, habida cuenta de que fue el propio Gobierno del Perú el que firmó el acuerdo de realización del evento que estaría por devolver a doce meses de iniciarse. Esto implica que Perú no pueda postular a ser sede de eventos de menores hasta eventos de alta magnitud como una Copa América.
El Estadio Nacional de Lima está próximo a cumplir 70 años y como parte de las celebraciones, el IPD está organizando una recepción de gala y hasta tenía pensado un partido de fútbol entre viejas glorias del fútbol peruano. Ante todo lo acontecido, se desconoce que posición tomará el máximo ente de fútbol en nuestro país.
Teniendo en cuenta todo lo expuesto anteriormente –enormes diferencias entre el Ejecutivo, el IPD y la Federación Peruana de Fútbol–, parece que los peruanos nos quedaremos sin organizar el Mundial Sub 17. Ojalá que esto no suceda, por el bien del deporte peruano.
El perder el Mundial Sub 17 no sólo significará una vergüenza a nivel futbolística y organizativa de nuestra federación; sino que jugará con la ilusión y trabajo de nuestra división menor sub 17; selección que ya se encuentra en el octavo microciclo de preparación para la cita planetaria. En busca de un beneficio de unos pocos se termina colocando el nombre del Perú y de la Selección Peruana de Fútbol, una vez más, en el ojo de la tormenta.
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