Para mantener el secreto del cónclave: las medidas extremas que ha dictado el Vaticano

Estas son todas las medidas de extrema seguridad para los 133 cardenales que elegirán al nuevo pontífice.

Durante los próximos días, un total de 133 cardenales provenientes de 71 países se reunirán en la Capilla Sixtina, en el corazón del Vaticano, para comenzar la deliberación y votación que definirá al nuevo pontífice. La primera votación está programada para las 16:30 horas del miércoles 7 de mayo. El cónclave se realizará bajo medidas extraordinarias de seguridad.

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A pesar de la enorme atención mediática, con más de 4,000 periodistas acreditados cubriendo el evento, el cónclave se celebra bajo un estricto aislamiento. Los cardenales no pueden tener contacto con el exterior: no se permiten teléfonos móviles, se utilizan inhibidores de frecuencia, y las ventanas de la Capilla Sixtina han sido selladas para impedir cualquier tipo de filtración de información o influencia externa.

Los trayectos entre la residencia de Santa Marta —donde se alojan los cardenales— y la Capilla Sixtina han sido cuidadosamente acondicionados. Cristales oscurecidos impiden la visibilidad desde el exterior. Estas medidas no solo protegen la privacidad del proceso, sino que también buscan garantizar la libertad de decisión de cada votante.

Desde las primeras horas del día, la Plaza de San Pedro permanece bajo fuerte resguardo de seguridad. El operativo está a cargo de la Policía de Roma, la Guardia Vaticana y efectivos militares. Para ingresar, turistas y asistentes deben pasar por rigurosos controles: se prohíbe el ingreso de líquidos y se inspeccionan bolsos y documentos de identidad.

La elección del nuevo papa no es solo un momento de gran relevancia para los fieles católicos, sino también un evento que genera expectativa a nivel global. Millones de personas observan con atención, rezan y esperan, con la mirada fija en la chimenea de la Capilla Sixtina, aguardando la señal del humo blanco que anunciará al nuevo líder de la Iglesia.