Desafiando todos los pronósticos, los socialistas del presidente del gobierno, Pedro Sánchez, perdieron solamente por poco ante los conservadores las elecciones legislativas de este domingo en España, pero están en medida de renovar su mandato con el apoyo de otros partidos.
Con virtualmente el 100% de los votos escrutados, el Partido Popular (PP) de Alberto Núñez Feijóo consiguió 136 diputados y el PSOE 122, mientras que sus respectivos aliados potenciales, el partido de extrema derecha Vox y el de izquierda radical Sumar, consiguieron respectivamente 33 y 31.
«El bloque involucionista del Partido Popular con Vox han salido derrotados», lanzó Sánchez a los miles de partidarios congregados ante la sede del PSOE en Madrid.
«Somos muchos más los que queremos que España avance y así seguirá», añadió.
El bloque de derechas PP+Vox suma 169 diputados y el de izquierda PSOE-Sumar 153, pero este último está en mayor medida de conseguir el apoyo de nacionalistas vascos, catalanes, y otros partidos minoritarios para alcanzar los 176 votos que marcan la mayoría absoluta en el Congreso y lograr la investidura.
Muchos de estos partidos anunciaron que nunca votarían a un gobierno del que formara parte la extrema derecha.
Pese a ello, Feijóo reivindicó su victoria y pidió formar gobierno: «como candidato del partido más votado, creo que mi deber» es «intentar gobernar nuestro país», dijo ante simpatizantes reunidos ante la sede del PP.
Estos no daban crédito a lo ocurrido. «No me lo puedo creer, no me lo puedo creer», decía consternada a la AFP Concha Peña, madrileña de 70 años.
«Es una sorpresa», constató a la AFP Antonio Barroso, analista de la consultora Teneo. «El desafío de Sánchez es encontrar una mayoría, todo depende de uno o dos escaños», añadió.
Pedro Sánchez, de 51 años, cinco de ellos en el poder, confirma de este modo su reputación de hombre de suerte, y hace buena su arriesgada apuesta de adelantar las elecciones generales, tras su fiasco en las municipales de mayo.
De nada le sirvió a Feijóo mejorar en 47 diputados los resultados del PP en las elecciones de 2019.
Presumiblemente, a partir del lunes empezarán las negociaciones entre los diferentes partidos para formar gobierno, y en un mes se constituirá el Parlamento.
«Podemos decantar la balanza», dijo el diputado independentista catalán Gabriel Rufián, cuyo partido ERC (Izquierda Republicana de Cataluña) logró 7 diputados, y que adelantó que pediría un referéndum de independencia a cambio de su apoyo a Sánchez.
«Nuestros votos serán decisivos una vez más», coincidió Andoni Ortuzar, del Partido Nacionalista Vasco (PNV), que consiguió cinco escaños.
Una vez constituido el Parlamento, el rey Felipe VI recibirá a representantes de las diferentes fuerzas parlamentarias y propondrá un candidato a la investidura, que deberá contar con el apoyo de la mayoría absoluta del Congreso de los Diputados, en una primera votación, o de mayoría simple en la siguiente.
Si en definitiva no hubiera una mayoría viable, ni de derechas ni de izquierdas, el país se vería abocado a nuevas elecciones dentro de unos meses.
La práctica totalidad de los sondeos daban ampliamente ganador a Feijóo, y el único debate era si necesitaría a la extrema derecha, lo que hubiera supuesto el regreso de un partido de esta tendencia al gobierno español por primera vez desde el fin de la dictadura franquista en 1975.
Unos 37,5 millones de electores estaban llamados a renovar por otros cuatro años a los 350 miembros del Congreso de los Diputados y a elegir a 208 senadores.
En un día de mucho calor en pleno verano, la participación fue de todas maneras del 70%, superior a 2019 (66,23%).
Principalmente a causa de las vacaciones, 2,5 millones de personas votaron por correo, una cifra récord.
La supervivencia de los socialistas españoles es un alivio para la izquierda europea, que ya perdió Italia el año pasado y que ahora solo gobierna en media docena de los 27 países miembros de la Unión Europea.
España desempeña actualmente la presidencia semestral de la UE.
Un factor movilizador de la izquierda en estas elecciones fue el temor a que la extrema derecha entrara en una coalición de gobierno, más cercana aún después de que PP y Vox pactasen en varios gobiernos locales y regionales.
Sánchez martilleó que tal alianza sería «un retroceso para España» y algo mal visto en Europa, mientras que la líder de Sumar, Yolanda Díaz, dijo este domingo por la noche que «la gente va a dormir más tranquila».
«El Partido Popular ha perdido apoyo con los últimos movimientos de la campaña mientras que en paralelo, el Partido socialista ha conseguido movilizar a su electorado», sostuvo Giselle García Hípola, profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de Granada.
Con información de AFP.
Te puede interesar:
También te puede interesar