Su caimán de 34 años ha vivido toda la vida con su dueño; sin embargo, las autoridades señalan que debe ser enviado a un área de conservación.
La historia de un hombre de Nueva York que lucha por recuperar a su caimán, recientemente confiscado por agentes de conservación, ha conmovido a muchos. Tony Cavallaro, dueño del caimán al que nombró Albert y con quien ha compartido un hogar durante más de tres décadas, está peleando por su regreso, argumentando que el reptil es un gigante gentil que no representa peligro para nadie.
Hace una semana, los oficiales se encontraron con Tony Cavallaro en el camino de entrada de su casa en los suburbios de Buffalo con una orden judicial. Sedaron al caimán de 3.70 metros y 340 kilogramos, le taparon la boca con cinta adhesiva y lo llevaron en una camioneta.
El Departamento de Conservación Ambiental informó que la licencia de Cavallaro para mantener a Albert, el caimán de 34 años, había caducado en 2021. Sin embargo, incluso si se hubiera renovado, Cavallaro había permitido que otras personas acariciaran al caimán e incluso se metieran en la piscina con él, lo que constituye motivos para la confiscación según las reglas para mantener animales clasificados como peligrosos, explicó el departamento.
Tony Cavallaro está desesperado por reunirse con su mascota, el caimán Albert, después de que las autoridades estatales confiscaran a su compañero de más de tres décadas, que pesa 340 kilogramos.
Los funcionarios del Departamento de Conservación Ambiental de Nueva York se hicieron cargo de su compañero de toda la vida el 13 de marzo, argumentando que el permiso de Cavallaro había caducado y que violó las normas de seguridad para animales peligrosos al permitir que otros jugaran con Albert.
A pesar de la situación, Cavallaro ha mantenido la esperanza de que las autoridades reconsideren su decisión y permitan que Albert regrese a su hogar, donde ha sido una parte fundamental de su vida durante tantos años.
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