Desde el año 1950 se han registrado cerca de cinco mil víctimas de pederastia en la Iglesia portuguesa, de los cuales la mayoría tiene entre 10 y 14 años.
El papa Francisco se reunió esta mañana con 13 víctimas de abusos sexuales cometidos en la Iglesia portuguesa. Este evento se dio en su primer día de visita a Lisboa para participar de la Jornada Mundial de la Juventud. Afirmó en un discurso ante el clero portugués que «el grito de dolor de las víctimas» debía ser escuchado.
Este encuentro regresa luego de haber sido cancelado por tres años a causa de la pandemia por Covid-19. Por esta razón, ha generado muchas expectativas. El principal objetivo de este encuentro es inspirar a la próxima generación de católicos y sobre todo, lidiar con el escándalo de abusos en la Iglesia. Se espera que más de un millón de jóvenes asistan a esta serie de eventos en Lisboa.
Francisco se reunió primero con las autoridades portuguesas en el Palacio Nacional de Belén, la residencia oficial del presidente. Posteriormente viajó a la iglesia y monasterio de los Jerónimos, el monumento más destacado de Portugal. Aquí se reunió con los líderes de la Iglesia portuguesa, los que hace poco empezaron a enfrentar los abusos sexuales del clero.
En un principio, los obispos portugueses fueron muy criticados por su respuesta inicial a los hallazgos de la comisión encargada de investigar estos abusos. En febrero de este año la comisión reportó que al menos 4 815 niños y niñas habían sufrido abusos en el país desde 1950, la mayoría de ellos entre los 10 y 14 años.
Este grupo de obispos insistía en que había apenas un puñado de casos y dudaron en suspender a los religiosos que aparecían en el reporte de esta comisión. También se mostraron reacios a pagarle indemnizaciones a las víctimas. No solo eso sino además la Iglesia católica portuguesa prometió hace tan solo dos meses construir un monumento a las víctimas. Hace dos semanas abandonaron el plan.
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