Los ataques ocurren después de un atentado el sábado en Bogotá contra Miguel Uribe, senador y aspirante presidencial herido con tres balazos.
La onda expansiva rompió las ventanas de siete viviendas, poniendo en riesgo la vida de los residentes.
Para los ataques, los delincuentes usaron cilindros de gas, combustible y dinamita.