La población de Ayabaca, en la región Piura, expresó su indignación contra el alcalde provincial, Darwin Quinde, quien fue castigado con doce azotes por las rondas campesinas debido al presunto incumplimiento de sus promesas y compromisos con la ciudadanía. El hecho se registró en medio de una asamblea comunal, donde los ronderos señalaron al burgomaestre por abandono de funciones y presuntos actos de corrupción.
Dos policías del distrito de San Gabán, en la región Puno, confesaron haber extorsionado por S/ 1,500 a un viajero.
Los vecinos del caserío agarraron al ladrón y lo entregaron a la policía de la zona.
Dos suboficiales vestidos de civil fueron confundidos por delincuentes y unos ronderos del distrito de Pueblo Libre los secuestraron y golpearon.
El ciudadano de Pataz dijo que se trata de los mismos ronderos que secuestraron a unas mujeres por supuesta brujería en Chillia a comienzos de julio y ahora teme por su vida.
Manuel Quijano Muñoz, quien ahora postula a la alcaldía del distrito de Chillia, dijo que "no hubo ningún secuestro" y que "las mujeres intervenidas se declararon culpables".
El mandatario destacó la labor de las rondas campesinas en la administración de la justicia y les expresó su apoyo a aquellos que son perseguidos por las autoridades.
La presidenta de la Junta Fiscales de La Libertad, Marena Mendoza, explicó que estos se debe a que no han recibido la declaración de las mujeres que fueron secuestradas por los ronderos de Pataz.
La víctima de 59 años presenta contusiones y hematomas en el cuerpo, producto del castigo por ser señalada de practicar la brujería junto con otras siete mujeres.
Además, catalogó como "más de lo mismo" la denuncia en su contra por el presunto favorecimiento al Club Departamental Apurímac para una condonación de una deuda en el SAT.