El acceso al aborto también se ha expandido en los últimos años en México, Colombia y Chile, aunque en países como Brasil, Perú y El Salvador sigue estando prohibido o muy restringido.
BUENOS AIRES (Reuters) – Cuando Lourdes, una estudiante para ser docente de nivel inicial de 24 años, acudió al médico en marzo para interrumpir su embarazo, fue una de las primeras en el país a la que le recetaron la píldora abortiva mifepristona después de que los reguladores locales la aprobaran apenas unas semanas antes.
Argentina es el último país en Latinoamérica en dar luz verde al medicamento, parte de un régimen de dos pastillas abortivas que ahora enfrentan la amenaza de una prohibición en Estados Unidos.
Lourdes, quien pidió a Reuters usar solo su primer nombre, dijo que saber que el medicamento estaba disponible hizo que la dura decisión personal fuera un poco más fácil después de quedar embarazada y ser expulsada de su casa por una pareja abusiva.
Esto refleja un cambio hacia la expansión de los derechos reproductivos en Argentina, que legalizó el aborto hasta la semana 14 a fines de 2020, y más ampliamente en América Latina, tradicionalmente católica y conservadora.
El acceso al aborto también se ha expandido en los últimos años en México, Colombia y Chile, aunque en países como Brasil, Perú y El Salvador sigue estando prohibido o muy restringido.
«Tal vez esto hace unos años no hubiera tenido la opción de poder decidir sobre mi cuerpo y sobre mi vida y sobre mi futuro, haber tomado esta decisión de sí yo quería o no quería», dijo a Reuters Lourdes, quien asistió al médico en marzo junto a su hermana y una trabajadora social.
«Quedé embarazada y me separé de una forma muy violenta de la pareja con la que estaba», dijo. «Si bien tengo el deseo de ser madre, no era el momento indicado en mi vida de que eso sucediera», agregó.
En Estados Unidos, el acceso al aborto se ha restringido desde que el año pasado se revocó el histórico fallo Roe v. Wade de 1973, que reconocía el derecho constitucional de las mujeres al aborto.
Grupos anti-aborto en Estados Unidos ahora buscan prohibir la mifepristona, argumentando que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos no tuvo en cuenta los riesgos de salud del medicamento cuando lo aprobó en 2000. La FDA dice que la droga es segura y fue probada adecuadamente.
La próxima audiencia judicial está prevista para el miércoles, cuando un panel de tres jueces de la Corte de Apelaciones del 5to Circuito de Estados Unidos decidirá si avanza una orden que suspende la aprobación del medicamento.
Mifepristona, cuando se combina con la segunda pastilla misoprostol, aumenta la efectividad de los abortos médicos a más del 96% desde el 84% con solo misoprostol, según dos estudios revisados por pares. Se utiliza en más de la mitad de todos los abortos en Estados Unidos.
Pero no todos en Argentina apoyan su uso.
Grupos anti-aborto presentaron una demanda contra la aprobación de misprostol en 2019, argumentando que ponía en riesgo la vida de las madres y de sus hijos por nacer.
Ignacio de la Riva, del grupo anti-aborto Prodeci, dijo que les preocupaba el riesgo que «su empleo indiscriminado y fuera del ámbito de un establecimiento hospitalario pueda entrañar para la salud pública».
Luis Lambrecht, de DerquiXlaVida, dijo que el Estado debe «apoyar o asistir a las embarazadas vulnerables» en vez de concentrarse en proveer recursos para el aborto.
CAÍDA DE LA MORTALIDAD
La mayoría de los médicos y funcionarios dicen que tener la droga disponible ha hecho que los abortos sean más seguros y ha reducido la probabilidad de interrupciones de embarazos a través de canales más riesgosos, que eran relativamente habituales hasta que la nueva ley del aborto entró en vigencia en 2021 y que todavía a veces ocurre en regiones rurales y conservadoras.
La mortalidad materna por aborto ha caído un 40% desde la aprobación de la ley en 2021, según datos del Ministerio de Salud.
«He visto morir a muchas chicas jóvenes que llegaban con abortos sépticos y con insuficiencias renales agudas que eran imposibles de rescatar», dijo Marcela Paz, directora médica de Laboratorio Domínguez, que ahora produce localmente la mifepristona.
«Cuando uno tiene esa experiencia de vida, definitivamente quedas marcada y vas a la búsqueda de esta solución», agregó.
Valeria Isla, directora de salud sexual y reproductiva del Ministerio de Salud de Argentina, dijo que el Gobierno tenía como objetivo ofrecer todos los abortos médicos utilizando la combinación de mifepristona-misoprostol para finales de 2023.
«Tener disponible mifepristona es clave para la garantía de un aborto seguro y de calidad», afirmó.
El régimen de dos pastillas significa que es menos probable que se necesiten abortos quirúrgicos más riesgosos, y que tiene menos efectos secundarios que tomar una sola pastilla de misoprostol, dijo Sandra Vásquez, ginecóloga y directora ejecutiva de la organización sin fines de lucro argentina FUSA.
Para Benjamín Castro, un músico y profesor argentino no binario de 26 años, el acceso a la mifepristona llegó demasiado tarde.
Castro, a quien se le asignó el sexo femenino al nacer y usa pronombres masculinos, buscó un aborto en 2020 durante la pandemia, antes de que la mifepristona estuviera disponible, recibiendo solo las pastillas de misoprostol. El feto abortado permaneció en el útero y tuvo que repetir el tratamiento antes de que fuera exitoso.
«Es muy duro estar un mes -20 días- con un feto muerto adentro de tu útero y tener que vivir con eso y llevar tu vida sabiendo eso», dijo Castro.
«No quiero que nunca nadie más pase lo que pasé yo», agregó.
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