Cómo llegó hasta allá, se preguntaron los científicos, un pequeño animal que suele vivir en ambientes más boscosos y un poco más al norte.
SANTIAGO, 26 ago (Reuters) – En el clima extremo al sur del continente americano, donde soplan fuertes vientos y la vegetación es escasa, un grupo de investigadores identificó una nueva especie de ave, el pequeño Rayadito subantártico, un hallazgo que echa luz sobre la importancia de preservar esos lugares remotos.
Tras seis años de investigación, un grupo de científicos de varias universidades agrupados en el Centro Internacional Cabo de Hornos para Estudios de Cambio Global y Conservación Biocultural (CHIC), que se dedica a estudios aplicados en esa área del extremo sur de Chile, describió la nueva especie que habita en una isla en medio del océano, entre los puntos más australes del continente.
Cómo llegó hasta allá, se preguntaron los científicos, un pequeño animal que suele vivir en ambientes más boscosos y un poco más al norte.
«Esta investigación ha sido como una obsesión, de cómo un ave que vive en el hábitat de bosques, que tiene el hábito de vida de alimentarse en los troncos y ramas, de nidificar en cavidades de troncos, cómo llega a vivir en un lugar donde no hay árboles», dijo el académico de la Universidad de Magallanes y de la Universidad de North Texas y director del CHIC, Ricardo Rozzi.
«No hay arbustos y ninguna especie leñosa, literalmente en medio del océano un ave de bosque ha logrado sobrevivir», añadió el investigador sobre el lugar donde habita la pequeña ave, las islas Diego Ramírez, que «son aún muy poco conocidas por la sociedad chilena y esta pequeña ave endémica será un símbolo o especie emblemática que contribuirá a su conocimiento».
El hallazgo fue divulgado el viernes en la revista «Scientific Reports» de Nature.
El Rayadito subantártico (Aphrastura subantarctica) se distingue de la especie Rayadito spinicauda (Aphrastrura spinicauda), que habita los bosques australes de la Patagonia, como los de la isla Navarino, en Puerto Williams, donde nidifican en las cavidades de los árboles.
Según otro de los investigadores, el biólogo de la Universidad de Chile y vinculado al CHIC, Rodrigo Vásquez, la especie estaba poco descrita en la literatura, pero con estudios más profundos «logramos genéticamente ver que se diferencia en una mutación con el resto de la especie del Rayadito clásico», además de otras diferencias de forma y comportamiento.
La nueva especie tiene un aspecto más robusto, pesa 16 gramos (cuatro más que el rayadito conocido hasta ahora) y tiene un pico más grande, entre otras características. No es un gran volador y anida en el suelo, en un lugar donde las rachas de viento superan los 100 kilómetros por hora.
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