Exmandatario conversó con el portal El Salto desde su reclusión en el penal de Barbadillo; no obstante, no habría tenido autorización del INPE.
El Instituto Nacional Penitenciario (INPE) anunció la apertura de un segundo procedimiento disciplinario contra el expresidente Pedro Castillo, quien ofreció una entrevista al medio de prensa español El Salto desde su reclusión en el penal de Barbadillo.
Mediante un comunicado, el INPE precisó que Castillo Terrones cumple condena bajo el régimen penitenciario cerrado ordinario, por lo que tiene derecho a recibir visitas y a comunicarse con familiares y amigos en forma oral o escrita según el horario y medidas de seguridad establecidas por el Consejo Técnico Penitenciario del penal.
«El Código de Ejecución Penal y su Reglamento señalan expresamente que si bien las comunicaciones constituyen un derecho de toda persona privada de libertad, estas deben darse dentro de los parámetros y objetivos que persigue el tratamiento penitenciario, lo cual excluye aquellos de naturaleza política y/o proselitista», señala.
Por ello, ante la entrevista realizada al medio de comunicación extranjero, el INPE decidió iniciar un proceso contra el exdignatario, «considerando el marco normativo y las disposiciones que regulan la disciplina al interior de los establecimientos penitenciarios».
Cabe indicar que este nuevo proceso se suma al que se le abrió a Pedro Castillo el pasado 26 de enero. En aquella oportunidad, la presunta falta disciplinaria cometida por el expresidente estaría relacionada a un comunicado emitido por Twitter.
En dicha fecha, Castillo publicó una carta en la que todavía se reconoce como «presidente constitucional», además de «prisionero político de la dictadura de Dina Boluarte». La misiva estaba dirigida a los presidentes y altos funcionarios que participaron en la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
En el comunicado, el exjefe de Estado denunció «las violaciones a los derechos humanos» contra el pueblo indígena, así como la represión en las marchas contra el Gobierno. Por otro lado, se solidarizó con el expresidente boliviano Evo Morales, a quien llamó «prisionero político» de la actual gestión.
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