El mandatario enfrenta un creciente desafío del ala más dura de su coalición de Gobierno, cuya principal referente es la vicepresidenta Cristina Kirchner.
BUENOS AIRES, 9 jul (Reuters) – El presidente argentino, Alberto Fernández, llamó el sábado a la unidad y miles de manifestantes salieron a las calles a protestar contra su gobierno por la crisis económica y la pesada carga de la deuda con el Fondo Monetario Internacional.
El mandatario de centroizquierda enfrenta un creciente desafío del ala más dura de su coalición de gobierno, cuya principal referente es la vicepresidenta Cristina Kirchner, que quiere mayor gasto estatal para aliviar los altos niveles de pobreza e inflación.
Hace una semana renunció sorpresivamente el ministro de Economía, Martín Guzmán, lo que desencadenó una semana de incertidumbre que sacudió los mercados. Fue reemplazado por la heterodoxa Silvina Batakis.
El país sudamericano, un importante productor de soja y maíz, está luchando contra una inflación superior al 60%, una enorme presión sobre el peso y crecientes costos de importación de gas que están drenando sus débiles reservas.
Argentina, que ha enfrentado crisis económicas cíclicas durante décadas, alcanzó este año un acuerdo de reestructuración de una deuda por unos 44.000 millones de dólares con el FMI para reemplazar un programa fallido de 2018. Muchos culpan al organismo por las políticas económicas más duras.
En un discurso para conmemorar el aniversario de la declaración de la independencia de Argentina, Fernández llamó a la «unidad» y pidió a diferentes grupos que trabajen en esa dirección.
«La historia nos enseña que es un valor que debemos preservar en los momentos más difíciles», dijo Fernández al mediodía en el acto en la norteña provincia de Tucumán, al que asistió parte de su gabinete.
«Argentina está de pie (…) Eso no significa que desconozca los problemas que tenemos. Debemos transitar el camino hacia el equilibrio fiscal y estabilizar la moneda. El crecimiento demanda divisas que hoy son escasas y hace más difícil la acumulación de reservas. La inflación que se despliega en todo el mundo daña más seriamente a nuestra economía», agregó.
En las calles de Buenos Aires y de otras ciudades del país, una marcha de agrupaciones de izquierda y otra de ciudadanos autoconvocados a través de las redes sociales protestaron contra las políticas del gobierno.
«Hoy se celebra la primera independencia nacional, habló el presidente Alberto Fernández y hay una crisis monumental en nuestro país», dijo Juan Carlos Giordano, dirigente de izquierda en una manifestación en la Avenida 9 de Julio de Buenos Aires.
«Lo que nos dicen es que la Argentina está como una semi colonia capitalista bajo las cadenas del FMI. Entonces les venimos a decir que se haga una segunda independencia, que Argentina debe romper los lazos con el FMI, que es el imperio español del siglo XXI, y dejar de pagar la deuda», agregó.
El gobierno de Fernández sufrió un golpe hace una semana con la abrupta renuncia de Guzmán, quien fue el arquitecto del acuerdo con el FMI.
El directorio ejecutivo del organismo se reunió el viernes para analizar la situación del país por primera vez tras la asunción de Batakis, quien se comprometió a respaldar los objetivos del programa acordado por su antecesor.
La flamante ministra anunció el viernes su gabinete y el sábado mantuvo una reunión de trabajo con sus colaboradores, a quienes les pidió «poner todo su esfuerzo para acelerar la gestión en todas las áreas de su cartera», según un comunicado del Ministerio de Economía.
«La renuncia del ministro de Economía (Guzmán) puso de manifiesto que hay un derrumbe económico financiero que se está trasladando gravemente a la vida de los trabajadores y toda la población», dijo Marcelo Ramal, del Partido Obrero.
«Hay que tener en cuenta que en todo esta año vamos a tener alrededor de un 80 o 90% de inflación con salarios que están evolucionando muy por detrás», concluyó.
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