La encuesta rompe un paradigma en Brasil según el cual los consumidores del país sudamericano estarían en contra de consumir trigo transgénico tras su reciente aprobación en Argentina.
SAO PAULO (Reuters) – Más del 70% de los consumidores en Brasil no tendría ninguna restricción relacionada con el consumo de trigo transgénico, según una encuesta vista por Reuters que está cambiando la percepción de las empresas sobre la conveniencia de vender este producto en Brasil.
La encuesta rompe un paradigma en Brasil según el cual los consumidores del país sudamericano estarían en contra de consumir trigo transgénico tras su reciente aprobación en Argentina.
Brasil es un importador neto de trigo y la mayor parte proviene de su vecino del sur.
El año pasado, Brasil se convirtió en el primer país en permitir la importación de harina elaborada con trigo GMO procedente de Argentina, aunque los envíos inmediatos se veían poco probables debido a la oposición de los molineros locales.
La encuesta, realizada en diciembre por Indexsa, entrevistó a 3.135 personas en 12 capitales de estado.
Abimapi, una asociación que representa a los fabricantes de galletas, pasta, pan y pasteles, estaba inicialmente en contra de la adopción de trigo transgénico en Brasil, pero cambió su postura después de la encuesta que encargó.
«La encuesta mostró que más del 70% de las personas consume alimentos modificados genéticamente o los consumirán sin ningún problema», dijo a Reuters el presidente ejecutivo de Abimapi, Claudio Zanao. «Así que la posición de la asociación ha cambiado, no vamos a estar en contra de los consumidores».
Gran parte de la soja y el maíz producidos en Brasil y en otros grandes proveedores, como Estados Unidos, son transgénicos. No obstante, siempre ha habido un mayor escrutinio con el trigo, que es consumido directamente por las personas, mientras que los otros se utilizan de forma habitual como alimento para animales.
Unas 1.790 personas encuestadas afirmaron saber qué son los alimentos transgénicos y, de ellas, el 75,5% dijo ser consciente de haber consumido productos genéticamente alterados en el pasado.
Unas 1.345 personas dijeron no conocer los alimentos transgénicos. Pero de ellas, el 71,4% dijo que consumiría alimentos transgénicos tras recibir la información adecuada sobre el producto.
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