Pierre Quiñones Balarezo, conocido por ser el chofer de Dina Boluarte durante la campaña presidencial del 2021, ha trabajado hasta en tres ministerios: Minedu, Midis y Minsa.
La Unidad de Investigación de Latina Noticias ha revelado una historia que pone en evidencia las irregularidades y cuestionamientos en torno a Pierre Oskar Quiñones Balarezo, conocido por ser el chofer de Dina Boluarte durante la campaña presidencial del 2021.
Esta es una historia que ilustra cómo alguien cercano a la actual presidenta ha ascendido rápidamente a través de los contratos estatales, a pesar de las serias observaciones de la Contraloría General de la República.
Durante los días intensos de la segunda vuelta electoral de 2021, Pierre Oskar Quiñones Balarezo, un joven de 38 años natural de Lima, no se despegaba ni un minuto de Dina Boluarte, entonces candidata a la vicepresidencia. Su compromiso con la campaña fue tal que formó parte de la comitiva que acompañó a Boluarte al debate técnico en Arequipa. Con Pedro Castillo y Dina Boluarte en el poder, la suerte de Quiñones cambió notablemente.
Según su currículum, Quiñones ha estado estudiando Contabilidad y Finanzas en la Universidad Ricardo Palma desde 2015, aunque no tiene un título. Entre octubre de 2021 y enero de 2022, trabajó como asistente administrativo en la Dirección Regional de Lima Metropolitana (DRELM) del Ministerio de Educación (Minedu). Paradójicamente, uno de sus encargos era verificar la información de títulos y certificados remitidos a esa dirección.
En junio de 2022, Quiñones se trasladó al Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), encabezado por Dina Boluarte en ese momento. Emitió tres órdenes de servicio por un total de S/ 21 mil a través de una contratación directa.
Sin embargo, en julio de 2023, la Contraloría General de la República descubrió que Quiñones presentó un certificado de trabajo falso como requisito para ocupar el puesto de asistente técnico. La empresa «Chicharrones del Inca» negó que Quiñones hubiera trabajado allí en las fechas indicadas en el certificado presentado.
La Contraloría determinó que, al no validarse el certificado de trabajo de este establecimiento, Quiñones no cumplía con los 6 años de experiencia laboral, requisito fijado en los términos de referencia de su contratación, por lo que no debió obtener el trabajo. En un informe señalan que hay indicios de irregularidad afectando la transparencia de las contrataciones y recomienda al ministerio adoptar las acciones que correspondan.
El Midis explicó que en su momento no se fiscalizaron los contratos de Quiñones porque la revisión se hace de forma aleatoria, según la norma vigente. Además, señalaron que el ente encargado de sancionar a los proveedores es el Tribunal del Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE), no ellos. Cabe señalar que tampoco brindaron alguna conclusión respecto al hallazgo de la Contraloría.
«Le interesa al Estado conocer si tiene un infractor o una persona que ha cometido un delito, si se comprueba que ha aportado información falsa es un delito«, señaló Cecilia Ruiz, especialista en contratos con el Estado.
Después de su paso por el Midis, Quiñones se trasladó al Ministerio de Salud (Minsa), donde trabaja como consultor individual desde enero de 2023. Ha suscrito cuatro órdenes de servicio con una remuneración mensual de S/ 5,500, renovada a través de dos adendas. Tiene contrato hasta julio próximo.
No obstante, hay incongruencias en las órdenes de servicio, ya que especifican que su prestación es la de un asistente administrativo, mientras que en las adendas se habla de una consultoría individual.
Al respecto, el programa «Creación de Redes Integradas de Salud» del Minsa sostuvo que Quiñones fue contratado porque cumplía mínimamente con el perfil requerido. Y a pesar de un hecho pendiente de resolverse en el Midis, como lo del certificado supuestamente falso, el Minsa encontró que no estaba impedido de contratar con el Estado. Si bien en su currículum Quiñones dice prestar apoyo técnico al programa, el ministerio señala que él no ha prestado ese servicio.
¿Y qué respuesta brindó Palacio de Gobierno? A través de su oficina de prensa, señaló que no tiene nada que ver con las oportunidades laborales que Quiñones viene teniendo en el Estado durante el gobierno de quien él apoyo durante la campaña electoral.
Por su parte, Quiñones no nos dio una declaración adicional, pero más allá de si está preparado o no para el trabajo que tiene, o si le buscaron a dedo un puesto laboral, los detalles de su historia bien podrían graficar la penosa tradición que asola nuestra burocracia: la de la obtención de una ‘chamba’ como una forma de retribución o pago político. Por desgracia, moneda corriente.
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