El empoderamiento de la mujer en el sector público: ¿Cuáles son las principales limitaciones?

Por Diana Decurt | @Diana Decurt

La búsqueda de una sociedad más equitativa, con una participación real y justa de las mujeres es uno de los grandes retos en nuestro país. El empoderamiento de las mujeres impulsa economías prósperas y estimula la productividad y el crecimiento.

Sin embargo, las desigualdades de género siguen estando fuertemente arraigadas en la sociedad reflejándose, por ejemplo, en la subrepresentación de las mujeres en la toma de decisiones políticas y económicas y también en la poca participación de las mujeres en cargos directivos públicos en los países de América Latina, incluido, Perú.

Por el Día Internacional de la Mujer, Latina Noticias conversó con Tessy Torres, profesora de la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico (UP), quien nos explicó cuáles son las principales limitaciones que impiden el empoderamiento de la mujer en el sector público.

Para contextualizar esta problemática, 5 de cada 10 servidores públicos son mujeres, de hecho, se han incorporado al sector público desde el año 2004 al 2021 más de 188 mil mujeres, alcanzando al 2021 el 47% del total de servidores públicos, así lo revela el estudio «La Mujer en el Servicio Civil Peruano – 2023», elaborado por la Autoridad Nacional del Servicio Civil – Servir.

No obstante, la mujer en la esfera pública mantiene una evidente sobrerrepresentación en funciones relacionadas con el cuidado de la vida, como la educación y la salud. Además, en 2023 se incrementó el número de servidoras en el grupo ocupacional de auxiliares, y en menor medida, en el de técnicas; mientras que a nivel de profesionales, funcionarios y directivos se redujo de manera importante. ¿A qué se debe esto?

TESSY TORRES: «LAS PRINCIPALES LIMITACIONES ESTÁN REFERIDAS A ESA CULTURA MACHISTA»

«Mira las principales dificultades están referidas a esa cultura machista que hace que las mujeres para poder asumir alguna posición siempre estén en desventaja frente a la competencia que podría representar un hombre», afirma Tessy Torres.

De acuerdo a la especialista, las mujeres, en primer lugar, enfrentan una primera desventaja y es que no son la primera opción de una organización. Las organizaciones prefieren escoger a un hombre sobre una mujer debido a la permanencia de estereotipos, propios de una cultura machista.

«Los hombres suelen ser mejor reconocidos, con independencia de sus competencias y de su conocimiento, por el solo hecho de ser hombres. Esa es la primera dificultad».

«Cuando se considera a alguien para un puesto de trabajo, se considera que un hombre va a ser menos emocional y va a tener menos problemas para adaptarse a una rutina fuerte de trabajo. Estos son estereotipos que ya debemos descartar. Las mujeres somos capaces de asumir en nuestros diferentes roles las responsabilidades que se derivan de nuestros propios puestos», explica Torres.

Pero esto no es todo. El machismo muchas veces llega hasta a las mujeres, quienes una vez obtienen un puesto de poder, optan por escoger varones para «fortalecer» ese liderazgo, señala Torres.

«Y también, ese tema del machismo a veces se traslada a las mujeres que asumen posiciones de poder y que están en una mejor situación para reconocer a las otras mujeres valiosas, pero no siempre lo hacen porque creen que es necesario que ese liderazgo se fortalezca con un grupo de hombres«.

TESSY TORRES: «DEBEMOS IMPULSAR QUE LAS MUJERES INGRESEN A MÁS ESPACIOS TRADICIONALMENTE DE HOMBRES»

De acuerdo a Servir, en 2021 solo 3 de cada 10 funcionarios y directivos son mujeres, mostrando un descenso importante respecto al año 2019, donde 4 de cada 10 mujeres se encontraban en este grupo ocupacional. Asimismo, la participación de la mujer se incrementó en los grupos ocupacionales de técnicos y auxiliares, pero en mayor proporción en el grupo de auxiliares, alcanzando el récord de 43%.

De acuerdo a Torres, la solución a que más mujeres tomen más puestos de dirección – que usualmente están ocupados por hombres – está en que las ciudadanas se ayuden y motiven para perfeccionar sus capacidades y así lograr el puesto idóneo.

«Hay posiciones que históricamente han sido ocupados por hombres, pero esto es un reto para nosotras. Las mujeres no es que tengamos menos conocimiento o capacidad para también desarrollarnos en esos espacios, sino que necesitamos impulsarnos para que en esos lugares de tradicionalmente eran de hombres también intervengan las mujeres y esto parte también dentro de las organizaciones».

«Tenemos que tener nuestro propio espacio de luz y las que estamos en posiciones de decisión tenemos que jalar a aquellas mujeres y empoderarlas para que logren tener el lugar que les corresponde», resaltó.

TESSY TORRES: «DEBEMOS PASAR DE LAS POLÍTICAS A LA APLICACIÓN EFECTIVA»

La especialista en Gestión Pública asegura que esta lucha para empoderar a la mujer debe nacer de este mismo grupo humano y así, seguir trabajando en equipo para impulsar políticas públicas que finalmente aterricen en medidas concretas.

«La mujer debería trabajar más en los hechos. Ese es el gran reto. La lucha no termina. Hoy es un día para conmemorar, pero lo que hay que hacer es que todas las mujeres se sientan empoderadas como para que sigan en la lucha de ese reconocimiento y ese espacio».

Entre las ideas que plantea la especialista está el ofrecer a madres solteras, por ejemplo, el poder acceder a un trabajo remoto que le permita equilibrar su vida en casa y sus labores profesionales. Según Servir, 4 de cada 10 mujeres afirman que esta modalidad virtual les ha permitido destinar parte de su tiempo a desarrollar actividades de cuidado y desarrollo personal. Lo que se denota en que 41% de mujeres prefiera trabajar exclusivamente desde casa.

«Hay que pasar de las políticas a la aplicación efectiva y una evaluación de los resultados. Considero que, a raíz de la pandemia y la implementación del trabajo virtual, muchas organizaciones públicas deberían proponer ese modelo de trabajo, ya que permite que las mujeres cumplamos con los distintos roles a satisfacción», explica Torres.

De hecho, las mujeres jefas de hogar mantienen la tendencia de mayor presencia en el sector público (30%) del total de servidoras públicas, respecto al sector privado formal (25%).

Y de este grupo, en el sector público, el 25% de las mujeres que conducen un hogar son convivientes o casadas, mientras que un importante 75% son separadas, solteras, viudas o divorciadas.

«El trabajo virtual debería de darles esas herramientas que necesita la mujer para tener ese equilibrio entre esas responsabilidades que tiene, tanto en el hogar como en el trabajo. Esto debería ser aprovechado dentro del marco de las políticas de igualdad de género, para tener un mejor entendimiento de los distintos roles que tienen las mujeres».

Asimismo, Torres hizo hincapié en que, hasta la fecha, no hay cuotas de género, las cuales pueden propiciar un nivel más equitativo en la distribución de los géneros en los cargos a fin de obtener una mayor presencia de mujeres en dichos puestos. De hecho, esto debe nacer de las mismas entidades estatales.

«La política es un buen deseo, es algo que queremos aspirar, pero estas tienen que aterrizar en temas concretos y no hay una cuota de género que diga que obligatoriamente tiene que haber un porcentaje de jefes hombres y jefas mujeres, eso se tiene que promover desde cada organización«.

Por último, junto a una sensibilización a la población peruana, será igual de importante implementar programas que permita a las mujeres perfeccionar sus habilidades con el fin de crecer profesionalmente.

«Hay que trabajar mucho más la sensibilización en el sentido de que los roles de la familia sin ninguna duda tiene que ser compartido entre ambos»

«Imagínate un programa en el que nos concentremos solo en las mujeres de la organización y que se le haga un acompañamiento en lo que mejor sabe hacer para que siga creciendo. Eso es lo que les daría herramientas para poder ascender», puntualizó.

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