La resolución, que oficializa la salida de Mucho Mamani, lleva la firma de la presidenta de la República, Dina Boluarte, y del presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén.
El último miércoles 27 de noviembre, el Poder Ejecutivo aceptó la renuncia de Rómulo Mucho Mamani, al cargo de ministro de la cartera de Energía y Minas, luego de que el Congreso de la República aprobara su censura por una presunta falta de capacidad para resolver la problemática de los mineros informales y la crisis de Petroperú.
De acuerdo a la Constitución Política, cuando un ministro de Estado es censurado por el Congreso, este debe presentar su renuncia ante la Presidencia de la República, la cual, a su vez, la acepta dentro de las 72 horas siguientes.
En ese sentido, a través de la Resolución Suprema N° 246-2024-PCM, publicada en una edición extraordinaria del Boletín de Normas Legales del Diario Oficial El Peruano, el Ejecutivo oficializó la salida de Mucho Mamani del gabinete ministerial.
«Aceptar la renuncia que, al cargo de Ministro de Estado en el Despacho de Energía y Minas, formula el señor Rómulo Mucho Mamani, dándosele las gracias por los servicios prestados a la Nación», señala la resolución, la cual lleva la firma de la presidenta de la República, Dina Boluarte, y del presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén.
Mucho Mamani se desempeñaba como ministro de Estado desde el 13 de febrero del presente año en reemplazo de Óscar Vera Gargurevich.
Con 80 votos a favor, 4 en contra y 13 abstenciones, Rómulo Mucho fue censurado, de acuerdo al Congreso, por falta de capacidad y negligencia en la gestión de su cartera, así como por no abordar adecuadamente los problemas que enfrentan los pequeños mineros y mineros artesanales.
Recordemos que el Congreso y el Poder Ejecutivo enfrentan una creciente presión para resolver el problema de la minería informal, ya que el plazo para el Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo) está próximo a vencer el 31 de diciembre.
Esta situación ha desencadenado una serie de protestas por parte de los mineros informales, quienes exigen la extensión del plazo para su formalización.
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