Juan Santos Romero, líder de la agrupación Voluntad Transformadora, purgó condena por terrorismo y, una vez libre, se dedicó a difundir esta ideología en el norte.
La Policía intervino en Trujillo a un grupo de siete personas pertenecientes a la agrupación Voluntad Transformadora, acusados de adoctrinar a niños y adolescentes en esta ciudad con las ideas de Sendero Luminoso y su líder, el fallecido Abimael Guzmán Reynoso.
Las imágenes que las autoridades recopilaron para realizar este operativo muestran un escenario similar al que se vive con el adoctrinamiento en el Vraem, base de los remanentes de Sendero, a los denominados «pioneritos», a cargo de Víctor Quispe Palomino, ‘camarada José‘.
En la intervención, los efectivos también incautaron libros de temática similar a los encontrados en la Operación Patriota, lo que confirma que las huestes de Sendero Luminoso continúan en su objetivo de captar mentes tempranas para sembrar su ideología violentista.
El líder de esta organización fue identificado como Juan Santos Romero, quien fue condenado a diez años de prisión por el delito de terrorismo, luego que le incautaran 20 kilos de dinamita. Según la Fiscalía, estuvo implicado en el “aniquilamiento” de cuatro personas.
Santos purgó condena por ese delito hasta el 2006. Una vez libre, se dedicó a formar el Movadef en la zona norte del país y creó una estrategia diferente para captar personas: creó un consultorio psicológico especializado en niños. Su intención, de acuerdo a la Dirección Contra el Terrorismo (Dircote), era captar pequeños y luego formarlos en sus escuelas subversivas.
Según la base de datos del Jurado Nacional de Elecciones y del Registro de Organizaciones Políticas, Juan Santos Romero está inscrito en Alianza Para el Progreso en diferentes años: en el 2009, 2010, 2011 y 2017. Bajo la fachada de su centro psicológico, aprovechaba las fechas especiales para reunir a la gente más pobre y necesitada de Trujillo y organizaba actividades para los más pequeños. Usaba esos espacios para dar discursos pro senderistas.
Santos también llegó con sus familiares a la Plaza de Armas de Trujillo. Ahí, obligó a los pequeños a repetir sus arengas subversivas, mezcladas con otras demandas sociales actuales. En cada evento, antes de iniciar, niños y adultos cantaban “La Internacional”, himno de las organizaciones obreras, socialistas y comunistas.
Reunidas las pruebas, se ejecutó el operativo donde se detuvo a Santos y varios de sus familiares. Las casas estaban repletas de material y propaganda senderista. En total, seis menores fueron rescatados, un caso que demuestra la existencia de las escuelas subversivas que buscan promover ideologías de violencia y muerte.
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