Los arequipeños que acudieron a alta mar para pescar bonito devolvieron a las aguas a pez remo que, según la cultura japonesa, anuncia terremotos.
El viernes 29 de marzo, un evento extraordinario sacudió las tranquilas aguas del distrito de Lomas, provincia de Caravelí, en la región de Arequipa: un imponente pez remo, de cinco metros de largo, emergió entre las redes del pescador Martin Giménez. Este intrépido pescador se encontraba buscando bonitos en la temporada de Semana Santa, aproximadamente a unas 25 millas de la costa, cuando se topó con esta criatura marina de proporciones míticas.
Para la comunidad de pescadores de la zona, este avistamiento fue algo sin precedentes. La aparición del pez remo generó una mezcla de asombro y superstición entre los lugareños. Martin y su tripulación de cuatro personas, presas del temor a posibles malos augurios, tomaron la decisión de devolver al pez a las profundidades marinas. Uno de ellos, incluso, expresó en un video grabado en el momento, su creencia de que mantener al pez cerca podría traer mala suerte.
Alan Quijandria, integrante de la comisión de pescadores artesanales de Lomas, confirmó que no existe registro previo de avistamientos de peces remos en la zona sur del Perú, lo que convierte este suceso en un acontecimiento único para Arequipa.
La aparición del pez remo también suscitó asociaciones con la cultura japonesa, donde este animal es considerado un presagio de terremotos y desastres naturales. Aunque no existe evidencia científica que respalde estas creencias, la mística en torno al pez remo persiste.
Desde un punto de vista científico, el pez remo habita principalmente en la capa mesopelágica del océano, a profundidades que oscilan entre los 200 y los 1.000 metros. Su rara incursión en aguas superficiales desconcierta a los expertos, ya que esta especie se caracteriza por su preferencia por las profundidades abisales.
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