Un accidente cerebrovascular (ACV) es una emergencia médica que ocurre cuando se interrumpe el flujo de sangre al cerebro, causando daños en las células nerviosas. Un ACV puede provocar secuelas graves, como parálisis, problemas del habla o pérdida de memoria. Por eso, es importante prevenirlo y saber cómo actuar ante los primeros síntomas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ACV es la segunda causa de muerte y la tercera de discapacidad en el mundo. Algunos factores de riesgo son la hipertensión, la diabetes, el colesterol alto, el tabaquismo, el alcoholismo, el estrés y la obesidad. Sin embargo, hay algunas cosas que podemos hacer para reducir las posibilidades de sufrir un ACV.
Aquí te presentamos cuatro acciones para evitar un accidente cerebrovascular:
- No ignores los signos de alerta: Algunos síntomas que pueden indicar un ACV son el adormecimiento o debilidad de la cara, el brazo o la pierna de un lado del cuerpo, la dificultad para hablar o entender, la pérdida de visión, el dolor de cabeza intenso y repentino, el mareo o la falta de equilibrio. Si notas alguno de estos signos, llama inmediatamente al servicio de emergencia o acude al hospital más cercano. El tiempo es vital para evitar secuelas irreversibles.
- No te automediques: Algunas personas pueden pensar que tomar una aspirina o un analgésico puede ayudar a aliviar los síntomas de un ACV. Sin embargo, esto puede ser contraproducente, ya que hay dos tipos de ACV: el isquémico y el hemorrágico. El primero se produce por la obstrucción de una arteria y el segundo por la ruptura de un vaso sanguíneo. La aspirina puede ser beneficiosa para el ACV isquémico, pero puede empeorar el hemorrágico. Por eso, lo mejor es esperar a que un médico evalúe el caso y recete el tratamiento adecuado.
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- No descuides tu alimentación: Una dieta saludable es clave para prevenir el ACV, ya que ayuda a controlar los niveles de presión arterial, azúcar y colesterol en la sangre. Se recomienda consumir alimentos ricos en fibra, antioxidantes, omega-3 y potasio, como frutas, verduras, cereales integrales, pescado y frutos secos. También se debe evitar el exceso de sal, azúcar, grasas saturadas y trans, como las que se encuentran en los alimentos procesados, fritos y embutidos.
- No lleves una vida sedentaria: El ejercicio físico regular es otro factor fundamental para prevenir el ACV, ya que mejora la circulación sanguínea, fortalece el corazón, reduce el estrés y ayuda a mantener un peso adecuado. Se recomienda practicar al menos 30 minutos de actividad moderada al día, como caminar, nadar, bailar o andar en bicicleta. También se debe evitar el consumo de alcohol y tabaco, que son sustancias que dañan las arterias y aumentan el riesgo de ACV.
Estas son algunas medidas simples pero efectivas que puedes adoptar para cuidar tu salud cerebral y evitar un ACV. Recuerda que la prevención es mejor que la cura y que tu bienestar depende en gran medida de tus hábitos de vida.