En el siguiente artículo, conoce los alimentos que podrían elevar el riesgo de padecer esta enfermedad.
En un mundo donde la información sobre la salud está al alcance de todos, es crucial comprender cómo nuestras elecciones alimenticias pueden afectar nuestra calidad de vida.
Un reciente estudio, publicado en el Journal of Alzheimer’s Disease, ha arrojado luz sobre una conexión intrigante entre la dieta y el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
Investigadores de las Universidades Bond y Griffith, incluso, han identificado ciertos alimentos que podrían aumentar la probabilidad de padecer esta afección debilitante. A continuación, conoce algunos de ellos.
Alimentos procesado
Los alimentos ultraprocesados, como las tortas de carne, salchichas, pizza y hamburguesas, han sido señalados como posibles contribuyentes al riesgo de que una persona padezca la enfermedad del Alzheimer.
Estos productos suelen carecer de nutrientes esenciales y contienen altos niveles de azúcar, grasas y sal. Su consumo regular podría afectar negativamente el declive cognitivo y aumentar la vulnerabilidad a esta enfermedad.
Reducción en el consumo de frutas, vegetales y vino
Los participantes con Alzheimer mostraron una tendencia preocupante: su ingesta de frutas, vegetales y vino (tanto tinto como blanco) era notablemente inferior en comparación con los individuos sanos.
Estos alimentos, ricos en antioxidantes y compuestos beneficiosos, parecen desempeñar un papel protector contra el Alzheimer. Por ello, es crucial que sea incluído en la dieta diaria para mantener la salud cerebral.
Impacto en la salud cerebral
La bioestadística Tahera Ahmed, autora principal del estudio, enfatiza la influencia fundamental de una dieta poco saludable en la salud del cerebro y del cuerpo.
Los hábitos alimenticios inadecuados pueden contribuir a problemas vasculares, obesidad y, según este estudio, al riesgo de desarrollar demencia.
Aunque investigaciones anteriores han destacado los beneficios de la dieta mediterránea para la salud cerebral, este estudio es el primero en vincular directamente los alimentos procesados con la enfermedad de Alzheimer.
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