El consumo de estos alimentos podría tener un impacto significativo en el riesgo de contraer la enfermedad en el futuro, según un estudio reciente.
Un estudio reciente ha revelado una preocupante conexión entre la dieta de las adolescentes y el riesgo futuro de contraer cáncer de mama. De acuerdo a la investigación, las adolescentes deben ser especialmente cautelosas al consumir alimentos procesados, ya que estos podrían incrementar su riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Los alimentos procesados son vinculados a un aumento del riesgo de cáncer en materia general, así como a la obesidad y otros problemas de salud. No obstante, este nuevo estudio, publicado en la revista Breast Cancer Research, sostiene que su ingesta durante la pubertad puede tener un impacto aún mayor en el riesgo de cáncer de mama.
La pubertad es un período importante en el desarrollo del cuerpo femenino. En este tiempo, cualquier “insulto ambiental”, incluyendo la exposición a los productos tóxicos presentes en los alimentos procesados, puede tener un efecto amplificado.
Este vínculo entre el desarrollo mamario durante la pubertad y el futuro riesgo de cáncer de mama debería ser utilizado para informar las pautas nutricionales para las adolescentes.
Los alimentos procesados suelen contener altos niveles de productos finales de glicación avanzada (AGEs), formados cuando el azúcar interactúa con proteínas o grasas en el torrente sanguíneo. Los niveles elevados de AGEs se asocian con un mayor riesgo de cáncer de mama.
Para probar esta relación, los científicos cocinaron alimentos para roedores a base de glucosa a 248 °F por 15 minutos, creando productos con un espectro de AGEs que normalmente se encuentran en alimentos fritos o a la parrilla.
Luego, dieron de comer a ratones que estaban pasando por la pubertad con estos alimentos. Los roedores fueron divididos en tres grupos: un con una dieta normal para ratones, otro con una dieta baja en AGEs y el último con una dieta alta en AGEs.
El grupo con la dieta alta en AGEs fue el único que generó células mamarias anormales y mostró un cambio en el tejido mamario, parecido a los cambios observados en pacientes con cáncer de mama en etapas tempranas.
Estos cambios pueden detectarse mediante mamografías. Aunque aún no está claro por qué el tejido mamario denso se asocia con el cáncer de mama, se cree que la densidad produce más células que podrían convertirse en células anormales, aumentando así el riesgo de cáncer de mama.
Si bien los hallazgos no revelaron una relación directa causa-efecto entre los alimentos altos en AGEs y el cáncer de mama, sí muestran que el consumo de alimentos altamente procesados aumenta la probabilidad de tener una mayor densidad mamaria, lo cual incrementa el riesgo futuro de cáncer de mama.
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