Durante el climaterio y menopausia, las mujeres experimentan cambios corporales que pueden generar malestar y necesidades de adaptación.
El climaterio es la transición en la que la mujer pasa de una etapa reproductiva a otra no reproductiva. Este periodo se inicia aproximadamente 5 años antes de la menopausia, que empieza luego de transcurridos doce meses desde la última menstruación. Durante todo este proceso, las mujeres experimentan cambios corporales que pueden generar malestar y necesidades de adaptación.
Por ello, conocer estos cambios es el primer paso para aprender a vivir con ellos y superarlos.
A continuación, podrás ver seis de las principales modificaciones en el cuerpo de las mujeres:
1. Aumento de grasa abdominal.
Con la ausencia de hormonas femeninas, el cuerpo de la mujer cambia la forma en la que acumula grasa. Es así que, lo que antes se depositaba en muslos y caderas, con la menopausia comenzará a acumularse en el abdomen, un patrón que es más común entre los hombres.
Ante esta situación, es necesario prestar atención a la alimentación, evitando alimentos ricos en grasas y azúcar refinada, así como mantener una rutina de actividad física frecuente. De ser posible, la mujer puede optar por actividades aeróbicas, como correr o andar en bicicleta.
2. Fragilidad ósea.
La falta de estrógeno provoca fragilidad ósea, por lo que las mujeres corren mayor riesgo de padecer osteoporosis. Con huesos más quebradizos, es necesario analizar los niveles de vitamina D y calcio en el organismo para mejorar la situación. Acudir al nutricionista y al ginecólogo es necesario para establecer una dieta saludable.
3. Debilitamiento de músculos y articulaciones.
A medida que baja el estrógeno, también disminuye la absorción de calcio por parte del cuerpo de las mujeres. Como se sabe, el calcio contribuye a fortalecer músculos y articulaciones. Entonces, la estructura física femenina se debilita abruptamente con la llegada de la menopausia. Por ello, es necesario adoptar hábitos saludables y otras iniciativas que devuelvan el vigor al cuerpo de las mujeres.
4. Sequedad de la piel.
En cuanto a la piel, con la menopausia esta se vuelve más fina, seca y flácida. Este cambio se evidencia en el acentuado envejecimiento que experimentan las mujeres en esta etapa de la vida. La exposición al sol también requiere atención, ya que la piel sensible no es adecuada para ello. El uso de cremas hidratantes y la reducción del uso de agua caliente deben incluirse en la agenda del cuidado de la piel.
5. Perdida de cabello.
Con la caída de las hormonas femeninas, las predominantemente masculinas tienden a ejercer una mayor actividad. Esto da como resultado una caída anormal del cabello, así como la aparición de cabello en lugares donde no existía, como la cara, el pecho y el abdomen. Por si fuera poco, el cabello pierde brillo y se vuelve más quebradizo. Por ello, así como ocurre con la piel, se hace necesario un cuidado especializado en el cabello.
6. Aparición de sofocos.
Los sofocos, propios de las mujeres menopáusicas, se producen porque el hipotálamo se altera debido a algunas reacciones químicas que tienen lugar en el cerebro. Al regular la temperatura corporal, este desequilibrio provoca sofocos que aparecen y desaparecen sin previo aviso y alteran mucho la calidad del sueño. La dilatación de los vasos sanguíneos provoca también fuerte sudoración.
Cabe destacar que el reemplazo hormonal durante la menopausia es una opción inteligente para aliviar todos los cambios descritos en esta fase y devolver la calidad de vida a una mujer. Por ello, es necesario acudir al médico para hallar el reemplazo hormonal adecuado, de acuerdo a su historia clínica.
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