Ambas opciones pueden ser solicitades a la entidad bancaria para pagar menos dinero en la cuota y durante más tiempo.
Con el pago de la gratificación, muchas personas destinan ese monto para pagar parte de las deudas que adquirieron a lo largo del año. En ese sentido surge la duda: ¿preferir el refinanciamiento de la deuda o pedir una reprogramación? Esto es lo que debemos saber sobre el tema.
Pero, antes de conocer sobre ambos términos, es importante conocer las clasificaciones del sistema financiero para sus deudores:
Es un acción que realiza el deudor cuando ya ha incumplido con sus pagos y no puede asumir el pago de su deuda. Apacentar el financiamiento, se reformula el plazo de pago del crédito, aumentando el pago de los intereses.
Para acogerse a este beneficio, los clientes del banco deben de solicitarlo, muchas veces con el pago de una amortización, que representa el porcentaje del saldo vencido.
Es una acción que realiza el deudor antes de incumplir con el pago, es decir, cuando aún está al día con sus pagos. La reprogramación, en este caso, es un beneficio que se solicita al banco. Esta solicitud permitirá que se pague una cuota más baja, pero por más tiempo. La categoría y la clasificación del deudor se mantiene.
Tanto la reprogramación como el refinanciamiento de una deuda se otorgan a beneficiarios que no pueden asumir la obligación de pago por algún motivo. En ambos casos se elabora un nuevo cronograma de pagos, lo que permite al deudor organizar nuevos pagos y evitar posibles acciones legales. Además, tanto la reprogramación como el refinanciamiento son solicitudes voluntarias.
Depende de la posición en la que se encuentra el deudor. Si ya se encuentra en incumplimiento de pago, es preferible solicitar un refinanciamiento. Si está al día, pero quiere pagar una cuota más baja, preferir la reprogramación.
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