¿Qué hace falta para que haya más vehículos electrificados en el Perú? Explicamos el aumento de la demanda y la urgencia de políticas públicas al respecto.
Los vehículos electrificados o carros eléctrico son aquellos que funcionan con baterías recargables y que tienen un menor impacto ambiental que los vehículos convencionales que usan combustibles fósiles. Estos vehículos pueden ser eléctricos puros, híbridos convencionales o híbridos enchufables, según el tipo de tecnología que emplean.
En el Perú, cada vez más personas se interesan por adquirir un vehículo electrificado, ya sea por conciencia ecológica, por ahorro económico o por innovación tecnológica. Así lo demuestran las cifras de ventas de este segmento del mercado automotor, que han registrado un crecimiento sostenido en los últimos años.
Según la Asociación Automotriz del Perú (AAP), en agosto de 2023 se vendieron 440 unidades de vehículos electrificados, lo que representa un aumento de 74.6% respecto al mismo mes del año anterior. Además, en los primeros ocho meses del año se vendieron 2,783 unidades, superando en 4% todo lo vendido en el 2022.
Alberto Morisaki, gerente de Estudios Económicos de la AAP, atribuye este dinamismo a la mayor oferta y a la mayor información que tienen los consumidores sobre los beneficios de los vehículos electrificados. Sin embargo, advierte que aún hay mucho por hacer para impulsar su acceso y su uso en el país.
“Imaginémonos, cuanto más habríamos crecido ya, si además el Perú contará con políticas públicas de promoción tanto para la compra como para la importación de vehículos electrificados. Es un pendiente que tiene el Estado peruano con el progreso de los peruanos”, señala Morisaki.
Y es que el Perú aún tiene una participación muy baja de los vehículos electrificados en el mercado automotor nacional, apenas llega al 2%. Esto significa que por cada 100 unidades de vehículos livianos y pesados que se venden en el país, solo 2 son electrificados. Esta cifra es muy inferior a la de otros países de la región, como Colombia con 16% o Ecuador con 8%.
Morisaki explica que la diferencia se debe a la falta de políticas públicas que incentiven este segmento del mercado durante el periodo en que los precios de adquisición de estos vehículos estén por encima de los de combustión interna. “Sólo así nuestro país logrará un desarrollo significativo en la adopción de esta tecnología amigable con el medio ambiente, que se reflejará en mejor calidad de vida para nuestra población”, afirma.
Entre las medidas que podrían adoptarse para promover el acceso y el uso de los vehículos electrificados en el Perú, Morisaki menciona la reducción o exoneración del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC), la eliminación o rebaja del arancel a la importación, la ampliación o creación de líneas de crédito preferenciales, la instalación o subsidio de infraestructura de recarga eléctrica y la difusión o educación sobre las ventajas de esta tecnología.
Asimismo, Morisaki destaca que los vehículos electrificados no solo contribuyen a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y a mitigar el cambio climático, sino que también generan beneficios económicos y sociales para los usuarios y para el país. Entre estos beneficios se encuentran el ahorro en combustible y mantenimiento, el aumento de la competitividad y productividad, la mejora de la salud pública y la creación de empleo verde.
Por todo ello, Morisaki hace un llamado a las autoridades y a los actores involucrados para impulsar una agenda común que permita al Perú avanzar hacia una movilidad sostenible y una transición energética basada en los vehículos electrificados. “Es una oportunidad que no podemos dejar pasar”, concluye.
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