A 406 años de su muerte, este 30 de agosto se conmemora a Santa Rosa de Lima. A continuación, te contamos su historia de vida y los milagros por los que fue canonizada.
Cada 30 de agosto, en Perú se conmemora la memoria de Santa Rosa de Lima, la primera mujer en ser canonizada en América. En este día, sus fieles devotos le dedican oraciones, asisten a misas en su nombre y visitan el Santuario, ubicado en el jirón Chancay, en Cercado de Lima, donde se encuentra el famoso pozo de los deseos que recibe cientos de cartas.
Aunque falleció un 24 de agosto, se inscribió seis días después en el calendario general romano del año 1727 esta fiesta de conmemoración por tratarse de la fecha más cercana. A 406 años de su muerte, a continuación te contamos su historia de vida, sus milagros y por qué se le considera la patrona de la Policía Nacional del Perú.
Un 20 de abril de 1586, nació en Lima —entonces capital del virreinato del Perú— Isabel Flores de Oliva, hija del español Gaspar Flores y la huanuqueña María de Oliva y Herrera. Era la cuarta hija de doce hermanos, y fue bautizada a poco más de un mes de su nacimiento en la Parroquia de San Sebastián. Su madre la llamaba Rosa, porque una criada le contó que vio el rostro de la bebé transformarse en esta flor.
Desde temprana edad, la futura santa de Lima, considerada también como la Patrona de América y Filipinas, mostró su vocación por la vida frugal y el sacrificio religioso. Su modelo era la santa Catalina de Siena y, como ella, ayunaba tres veces por semana. Al cumplir los 12 años, quien sería santo Toribio de Mogrovejo la confirmó con el nombre de Rosa.
Aunque sus padres le buscaron matrimonio, Rosa decidió seguir su vocación por ayudar al prójimo, especialmente a la diezmada población indígena. Su belleza atraía pretendientes, pero ella los rechazaba. Finalmente, en 1606 decidió hacerse monja bajo la orden terciaria de los dominicos y se hizo famosa por su dedicación a la oración y los sacrificios que se infligía en nombre de su fe.
Fue a los 31 años, en 1606, que Rosa falleció a causa de una tuberculosis. Había viajado por Argentina, Paraguay y Uruguay, donde además de Lima, había realizado múltiples milagros que más adelante, en 1671, la llevaron a ser canonizada por el Papa Clemente. Fueron nueve en total los que la cabeza de la Iglesia Católica llegó a reconocer.
El 18 de septiembre de 1989, la Policía Nacional del Perú declaró a Santa Rosa de Lima como la patrona de la institución, a través del Decreto Supremo 27-89. La razón que justificó esta iniciativa responde al hecho de que esta figura eclesiástica representa el «símbolo y reflejo de la conducta moral que pretenden seguir sus efectivos».
Entonces, Santa Rosa de Lima fue condecorada con la Orden del Mérito de la PNP y la Banda Honorífica como General de la Policía Nacional.
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