Latina Chequea: Fábrica de ‘desnudos falsos’ al descubierto

La privacidad se anula y, con un solo clic, la imagen que compartimos con amigos o familiares en redes sociales, puede caer en manos equivocadas y poner en riesgo nuestra intimidad.

Esta situación la vivieron en carne propia, adolescentes de un colegio particular, quienes tras subir fotografías fueron víctimas del manejo irracional de la inteligencia artificial. Sus compañeros modificaron sus cuerpos para convertir las instantáneas en material pornográfico que vendieron entre 15 y 30 soles.

No solo en Perú, esta semana, vivieron lo mismo en España, una veintena de niñas, luego que circularan fotografías suyas desnudas que fueron elaboradas con una aplicación. Estos casos, nos llevaron a preguntarnos, ¿Cómo funciona el negocio de estas personas que lucran con imágenes de inocentes?. La respuesta que encontramos fue aberrante.

El equipo multiplataforma de Latina Noticias entró en ese rincón donde la privacidad es una moneda de cambio y la vulnerabilidad de las personas se convierte en mercancía. El oscuro mundo de las «deepnudes».

Peruanos que, sin el más mínimo atisbo de vergüenza, se dedican a enseñar el arte de la vulneración y la exposición. Enseñan a traspasar los límites de la privacidad de mujeres que, en su inocencia, comparten sus fotografías en la red, confiando en la seguridad de su intimidad.

«El uso correcto de la inteligencia artificial depende de cada uno, si tú lo usas de alguna forma incorrecta o inadecuada, debes asumir esa responsabilidad del daño que puedes ocasionar, entonces ya va a depender más un poco de la cultura», sostuvo Lennin Cenas, docente de la facultad de Tecnologías de la Información de Cibertec.

Un negocio que, hasta hoy, había permanecido oculto para la gran mayoría, pero que destapa un oscuro rincón de la sociedad digital. En las siguientes líneas, conocerás a este sujeto que solo se identificó como «M».

Esta semana logramos contactarlo y, como si se tratase de una situación que no daña a nadie, nos compartió todos los detalles de su negocio. Él es el «profesor» de un taller que promete enseñar, por tan solo 79 soles, como destruirle la reputación a alguien que sin fines sexuales compartió una foto.

Toda la conversación se dio a través de la plataforma Telegram. Y, por esa red social también nos agregó a un grupo, para que podamos ver su trabajo y despojemos cualquier temor de una estafa.

En este chat grupal, vimos imágenes que pintaban de cuerpo entero un negocio que lucra con la imagen de inocentes. Depravados compartían fotos y videos editados de personas famosas que las ponían al descubierto. Incluso, hacían pedidos, para que otros generaran el contenido.

Tras realizar el pago, nos llevamos con la sorpresa que «M» usaba el Yape de alguien más. Una mujer de aproximadamente 50 años que vive en Arequipa, es su disfraz.

HORA DE LLEVAR EL TALLER

Previo al curso nos pidió unos requisitos básicos. La llave para entrar a este mundo era pagar 9.99 dólares para acceder a una cuenta en Google Colab y un generoso espacio en Google Drive, todo para ser parte de su taller, prometía enseñarnos todo lo que había que saber de las «Deepnudes».

Aquí pudimos conocer que a través de Stable Diffusion, una inteligencia artificial de código abierto diseñada para generar imágenes a partir de texto natural, e Inpainting una técnica de restauración de imágenes que utiliza la inteligencia artificial para rellenar áreas faltantes, podríamos lograr el objetivo.

La «clase» se desarrolló en poco más de una hora. Sin embargo, tras completar las cuestiones técnicas, solo nos quedaba darle instrucciones específicas a esta inteligencia, como decirle que cosas queríamos eliminar de la imagen y especificarle que características queríamos que tuviese esta mujer que sería expuesta.

El último clic que debíamos hacer era al botón «Generar». Luego, solo segundos bastaron para tener la imagen de una mujer totalmente desnuda. Así de fácil, un alumno de un colegio o un depravado puede lucrar con imágenes de inocentes.

Todo lo evidenciado, solo nos hace pensar en que la fotografía de un falso desnudo, hábilmente podría estar circulando de manera despiadada en las redes sociales.