De las hojas a los colchones: Así fue la evolución de la cama

Científicos sugieren que las camas no solo eran lugares para descansar, sino que también tenían profundos significados simbólicos y vínculos con el más allá.

De las hojas a los colchones: Así fue la evolución de la cama

En las costas escocesas, en un lugar llamado Bahía de Skaill, se encuentra un antiguo poblado conocido como Skara Brae. Allí, entre las ruinas de una civilización que data de hace 4.500 años, se encuentran objetos que han resistido el paso del tiempo y que siguen siendo familiares para nosotros: las camas.

Skara Brae, situado en la isla escocesa de Orkney, es un laberinto de montículos verdes que alguna vez albergó grandes casas de una sola habitación, rodeadas por gruesos muros y conectadas por pasadizos de piedra. Dentro de estas antiguas residencias, se encuentran camas que, a pesar de su antigüedad, tienen una forma reconocible al instante.

Estas camas prehistóricas están construidas con losas de piedra dura y fría, pero con cabeceras altas y laterales elevados, se asemejan a las camas modernas. Aunque están hechas de materiales muy diferentes a los de hoy en día, estas antiguas camas sugieren que la humanidad ha estado preocupada por el descanso y el sueño desde tiempos inmemoriales.

El antropólogo Brian Fagan, de la Universidad de California en Santa Bárbara, y la arqueóloga Nadia Durrani, en su libro «Lo que hicimos en la cama: una historia horizontal», trazan la evolución de las camas desde sus orígenes hasta la actualidad. Según su investigación, durante la mayor parte de la historia humana, los lugares para dormir consistían en montones de follaje cuidadosamente estratificado, cubiertos con hojas suaves y resistentes a las plagas.

LA EVOLUCIÓN DE LAS CAMAS

A lo largo de los milenios, las camas han evolucionado para reflejar las creencias y las preocupaciones prácticas de las diferentes culturas. En el antiguo Egipto, por ejemplo, las camas estaban hechas principalmente de madera con una base tejida de juncos o cuerdas. Los faraones, como Tutankamón, solían recostar su cabeza sobre un apoyacabezas rígido y elevado en lugar de una almohada suave.

En la antigua Roma, la variedad de camas era amplia y variada, desde camas simples de postes de madera hasta camas de metal con colchones finos. Dependiendo del estatus social, algunos dormían en el suelo, mientras que otros disfrutaban de camas lujosas y elaboradas.

En la Europa moderna temprana, los colchones comenzaron a tomar forma, rellenos con una variedad de materiales, como plumas o paja. Sin embargo, estos colchones eran propensos a infestaciones de insectos y no proporcionaban el mismo nivel de comodidad que los colchones modernos.

En el siglo XIX, la desigualdad social en Inglaterra llevó a la proliferación de camas comunitarias y alojamientos de mala calidad para las clases trabajadoras.

Hoy en día, las opciones de camas son más diversas que nunca, desde camas de espuma hasta camas de agua.

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12 abril 2024

Actualizado el : 12 abril 24 | 8:36 pm

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