En el video publicado por el gobierno muestra a los prisioneros, vestidos únicamente con pantalones cortos blancos y con la cabeza rapada, corriendo a través de la nueva instalación hasta llegar a las celdas.
El gobierno de El Salvador anunció el martes 11 de junio la transferencia de miles de presuntos pandilleros a una recién inaugurada «mega prisión», el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT). Esta acción se enmarca dentro de una controvertida campaña para reducir el crimen que ha provocado un aumento significativo en la población carcelaria de la nación centroamericana.
En un comunicado, el gobierno afirmó que los prisioneros «pagarán por los crímenes cometidos contra el pueblo salvadoreño con una larga estancia en CECOT, en aislamiento y sin la posibilidad de visitas familiares».
Aproximadamente 2 mil acusados de pertenecer a pandillas fueron trasladados a la prisión, que tiene capacidad para albergar hasta 40 mil personas y que la convierte en la más grande de América.
En el video publicado por el gobierno muestra a los prisioneros, vestidos únicamente con pantalones cortos blancos y con la cabeza rapada, corriendo a través de la nueva instalación hasta llegar a las celdas. Muchos de ellos exhiben tatuajes característicos de pandillas.
El presidente Nayib Bukele, solicitó a sus aliados en el Congreso salvadoreño que aprobaran un estado de excepción en 2022, el cual ha sido extendido varias veces desde entonces. Este estado de excepción suspende algunos derechos constitucionales y fue implementado tras un dramático aumento de los asesinatos atribuidos a las violentas pandillas del país.
A pesar de las críticas, Bukele ha defendido su enfoque, argumentando que es necesario para devolver la seguridad y la tranquilidad al país.
El CECOT está ubicado en Tecoluca y ha sido diseñado para ser una instalación de alta seguridad. Las imágenes proporcionadas por el gobierno muestran tomas aéreas del exterior de la prisión, así como a los internos llegando y siendo procesados. Un cartel en el lugar lee «CECOT Centro de Confinamiento para el Terrorismo».
En los videos, se puede ver a los internos corriendo hacia el edificio de la prisión, mientras los policías les retiran las esposas. Los prisioneros son obligados a sentarse en el suelo con las manos sobre la cabeza, bajo la constante vigilancia de los guardias.
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