Esta ley ha generado críticas, quienes argumentan que esta medida apunta injustamente a los perros en lugar de responsabilizar a los dueños.
A partir del pasado 1 de febrero, el gobierno del Reino Unido implementó la prohibición estricta sobre la posesión de perros ‘XL Bully‘ no registrados (vender, criar o regalar cualquier perro de esta raza), como parte de los esfuerzos del gobierno para eliminar gradualmente esta raza.
Sin embargo, la ordenanza ha generado críticas entre algunos ciudadanos, quienes argumentan que esta medida apunta injustamente a los perros en lugar de responsabilizar a las personas que influyen en la percepción pública de la raza.
«No puedes juzgarlo solo por su apariencia. Cuando le pongo el bozal y lo saco a pasear, él me mira y me observa creyendo que lo estoy castigando«, declaró Terry Wigzell, quien vive con dos XL Bullies.
La normativa tendrá un impacto significativo en los más de 100 000 American Bullies que residen en el Reino Unido. El primer ministro Rishi Sunak fundamentó su decisión al argumentar que no se trata simplemente de «un puñado de perros mal entrenados», sino más bien de un patrón de comportamiento arraigado.
No obstante, numerosas asociaciones animalistas, veterinarios y propietarios de esta raza canina defienden la idea de que no existen «perros peligrosos», sino que es la educación la que influye en el desarrollo de ciertos comportamientos en los animales.
A las familias que enfrentan dificultades para costear el seguro de sus mascotas, el gobierno británico le ha propuesto a las familias que poseen un perro de esta raza la eutanasia. Esta medida ha generado preocupación y debate en la sociedad. Los propietarios de perros de la raza Bully defienden la naturaleza cariñosa y pacífica de sus mascotas.
Sin embargo, lamentablemente, se prevé que en los próximos años, cerca de 100 000 Bullies XL que residen en el Reino Unido desaparezcan gradualmente.
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