La preferencia por usar la frazada 'tigre’ pasó de generación en generación. Te contamos cuándo fueron creadas estas exitosas cobijas que se hicieron conocidas también por sus atractivos precios y su efectividad para retener el calor.
Ante la llegada de bajas temperaturas en el país, las familias optan por protegerse del frío de diferentes maneras, entre ellas, usando la conocida frazada ‘tigre’, una preferencia que pasó de generación en generación.
Pero, ¿cuándo fueron creadas realmente las frazadas con dibujos de felinos? Continúa leyendo para conocer más sobre estos exitosas cobijas, las cuales se hicieron conocidas por sus atractivos precios y su efectividad para retener el calor.
Si bien se conoce que la famosa frazada ‘tigre’ se usa en Ecuador y México, la realidad es que los modelos más antiguos surgieron en nuestro país. De hecho, dos empresas serían las pioneras: la fábrica de tejidos Maranganí, en Cusco, que opera desde 1890, y la tienda Santa Catalina, fundada en 1888, que hoy es el fabricante oficial de estas cobijas.
La tienda Santa Catalina fue creada por el italiano Bartolomé Boggio y el estadounidense Enrique Price. Posteriormente, se unió como socio Mariano Prado Ugarteche, pero debido a que en el siglo XX la rentabilidad cayó, en 1992 la compañía quedó en manos de la familia Aragón.
Actualmente, su único local activo se ubica en la cuadra 4 del jirón Carabaya, en el Cercado de Lima. Allí, uno de los vendedores dijo para Latina Noticias que el modelo de la frazada ‘tigre’ fue creado en los inicios de la empresa, por lo que la manta debe tener una antigüedad de 136 años aproximadamente.
Según la descripción de la página web de Santa Catalina, la frazada ‘tigre’ está hecha con una selecta variedad de fibras naturales, como alpaca y lana de ovino, y con un volumen significativo, de ahí a que pese casi tres kilogramos.
Pero, ¿por qué abrigan tanto? Bueno, las fibras de la lana y de la alpaca tienen una estructura única que incluye bolsas de aire microscópicas, las cuales capturan el calor corporal y actúan como aislantes térmicos, lo que evita la sensación de frío.
Asimismo, las fibras son higroscópicas, lo que significa que pueden absorber y retener la humedad sin perder su capacidad aislante.
Los modelos más recientes llevan fibras artificiales antialérgicas dirigidas a zonas que tienen elevada humedad.
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