Según la ciencia, muchos de los alimentos que comúnmente llamamos vegetales, no son lo que creemos.
Cuando hablamos de vegetales, la imagen de un comestible verde como la lechuga suele venir a nuestra mente de inmediato; sin embargo, la ciencia tiene una respuesta que podría sorprenderte.
La palabra «vegetal» se ha convertido en un concepto común en nuestra vida diaria, usado para describir una amplia variedad de alimentos que consideramos saludables y esenciales en nuestra dieta. Pero, ¿sabías que no hay una definición científica precisa para este término? A diferencia de las frutas, que están claramente definidas como el órgano que contiene las semillas de una planta, el concepto de vegetal es más un término culinario que botánico.
Según la ciencia, muchos de los alimentos que comúnmente llamamos vegetales no son más que diferentes partes de plantas, cada una con su propia clasificación botánica. Por ejemplo, lo que llamamos «flores» en la naturaleza, como el brócoli y la coliflor, son considerados vegetales en la cocina. Los tallos como los espárragos y el apio, las raíces como las zanahorias y el rábano, e incluso los tubérculos como las papas, todos se agrupan bajo el paraguas del término vegetal.
El problema con esta clasificación es que no sigue una lógica botánica estricta, lo que genera confusión. Por ejemplo, los tomates, pepinos y zapallos, que contienen semillas, son frutas según la biología, aunque a menudo se les considera vegetales en la cocina.
La confusión surge porque, a diferencia de las frutas, que tienen una definición clara y científica, los vegetales son un concepto creado más para la cocina y la nutrición. En la práctica, el término vegetal se utiliza para agrupar partes comestibles de las plantas que no son dulces, como las hojas, tallos, raíces y flores.
Para los botánicos, esta clasificación es innecesaria y poco precisa. Amy Litt, experta en genómica de plantas, señaló que el concepto de «vegetal» no existe en la botánica. En cambio, cada parte de una planta tiene su propia clasificación específica.
Aunque científicamente el término vegetal sea difuso, desde un punto de vista nutricional, su uso es esencial. Diferenciar entre frutas y vegetales permite a los nutricionistas y expertos en salud crear guías alimenticias que ayudan a las personas a tomar decisiones informadas. Por ejemplo, aunque las sandías y los pepinos pertenecen a la misma familia botánica, sus aportes nutricionales son diferentes.
La clasificación de frutas y verduras, aunque imprecisa en términos científicos, es crucial para promover una dieta equilibrada. La orientación nutricional basada en colores y tipos de vegetales, como el consumo de vegetales verdes por sus vitaminas o naranjas por su contenido de betacaroteno, sigue siendo una herramienta valiosa para la salud pública.
Te puede interesar:
También te puede interesar