Estas imágenes no solo evidencian la cercana relación entre Vizcarra y las constructoras chinas, sino que también revelan modificaciones normativas durante su gestión que facilitaron millonarios negocios.
Imágenes captadas el 26 de septiembre del 2020 en Samegua, Moquegua, han pasado de ser recuerdos de una ceremonia de firma de contrato aparentemente inofensiva a pruebas irrefutables de una trama de corrupción que involucra al expresidente Martín Vizcarra y a empresas chinas.
Martín Vizcarra, entonces presidente de la República, participó en la firma de un contrato valorizado en más de 63 millones de soles con Provias Descentralizado. La joven empresaria china, Zhang Xia, conocida como «Adela», representaba al consorcio ganador. «Adela» aprovechó para entregarle un obsequio a Vizcarra como muestra de su agradecimiento.
El regalo se trataba de la representación de la obra de ingeniera moderna más emblemática de China: La Presa de las Tres Gargantas.
Estas imágenes no solo evidencian la cercana relación entre Vizcarra y las constructoras chinas, sino que también revelan modificaciones normativas durante su gestión que facilitaron millonarios negocios a estas empresas, desplazando a las compañías peruanas.
La historia detrás de este escándalo, conocido como «Los Intocables de la Corrupción», se inicia en julio del 2023 con el testimonio de un colaborador eficaz. Según él, las modificaciones al Reglamento de la Ley de Contrataciones en el 2018, durante el gobierno de Vizcarra, fueron fundamentales para el ascenso de las empresas chinas en el mercado peruano.
El presidente de la Cámara Peruana de la Construcción (CAPECO), Jorge Zapata, destacó el efecto devastador de este cambio normativo en las empresas peruanas. Las constructoras chinas ganaron licitaciones y obras públicas por miles de millones de soles, generando un desequilibrio en el mercado y revelando casos de corrupción.
La abogada Cecilia Ruíz subraya la falta de equidad en la competencia entre empresas peruanas y chinas, ya que estas últimas cuentan con el respaldo del estado chino y la banca china, mientras que las peruanas carecen de un socio similar.
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