Desde su llegada al poder tras la caída de Pedro Castillo, Dina Boluarte dejó una huella marcada por sus polémicas frases y los escándalos que rodearon su gobierno. Cada declaración —desde el desafiante “no tengo por qué pedir perdón” hasta el irónico “me baño en manteca”— reflejó el quiebre entre el poder y la calle, mientras su gestión enfrentaba denuncias por corrupción, allanamientos, cirugías no declaradas y el caso “Los Waykis en la Sombra”.
La caída de Dina Boluarte marcó el fin de un gobierno desgastado y el inicio de una nueva etapa de incertidumbre. En medio de la crisis política, el Congreso vacó a la expresidenta y José Jerí, de 38 años, asumió como el séptimo presidente en menos de una década. Su llegada al poder, en una jornada marcada por el caos y las renuncias ministeriales, refleja una vez más la fragilidad de la democracia peruana.