La caída de Dina Boluarte marcó el fin de un gobierno desgastado y el inicio de una nueva etapa de incertidumbre. En medio de la crisis política, el Congreso vacó a la expresidenta y José Jerí, de 38 años, asumió como el séptimo presidente en menos de una década. Su llegada al poder, en una jornada marcada por el caos y las renuncias ministeriales, refleja una vez más la fragilidad de la democracia peruana.